El negocio del taxi se desmorona. Los ingresos siguen cayendo debido a la ausencia de turismo, la disminución de los desplazamientos y las restricciones nocturnas.
Entre los taxistas cunde el desánimo. Casi 4 de cada 10, el 38,5% de los encuestados según Sigmados, se está planteando buscar una alternativa porque aseguran estar al límite.
A Joaquín no le salen los números. En el programa ha contado que, a sus 63 años, tuvo que pedir dinero a su familia para poder mantener el taxi. Esteban, por su parte, en una jornada de 12 horas solo lleva 25 euros a casa.
El sector, sin ayudas económicas, cree que solo podrá aguantar 3 meses y medio más. “Vivimos con mucha incertidumbre. Tengo ahorros y voy saliendo adelante, pero muchos otros no. Si esto se alarga mucho tiempo, tendré que dejar de trabajar”, nos cuenta Juan.