Más de 20 millones de personas están desde este domingo confinadas en Inglaterra al entrar en vigor estrictas medidas restrictivas por el alarmante aumento de los casos de covid-19, que el Gobierno británico vincula a una nueva cepa.
El primer ministro británico, Boris Johnson, impuso el sábado draconianas medidas para Londres y amplias zonas del sureste de Inglaterra, que desde este domingo están en el nivel de riesgo 4 -grave-, con el cierre de tiendas no esenciales, gimnasios, peluquerías, así como la prohibición para pasar a otras áreas del país.
Con estas reglas, se han modificado también los planes flexibles que había autorizado el Gobierno entre el 22 y el 28 de diciembre para que familias y amigos pudieran juntarse para las navidades.
Quienes vivan en el nivel 4 no podrán unirse a otras personas que vivan en niveles inferiores, mientras que el resto de Inglaterra que esté entre los niveles 1 a 3 -bajo, moderado y sustancial-, esta flexibilidad estará reservada únicamente para el día de Navidad, medida que también se aplicará en Escocia y Gales.
Las reglas establecidas en Inglaterra durarán dos semanas y serán revisadas el próximo 30 de diciembre.
Un revés para el comercio
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, declaró este domingo a la BBC que el anuncio del Gobierno en el último momento es un «duro golpe» para familias y negocios y ha causado «angustia, desesperación, tristeza y decepción» para miles de personas