Un joven de 23 años murió en un McDonald’s de Nueva York en manos de un cliente que le recriminó haberle servido frías las patatas fritas. La victima perdió la vida luego de ser disparado en el cuello por parte del hijo de una clienta. Según la Policía, la situación empezó con una discusión entre la mujer y el empleado hasta que el hijo de esta, de 20 años, intervino para apretar el gatillo.
El afectado fue trasladado al cercano Hospital Brookdale en estado crítico y ya allí, el pasado miércoles, falleció. El incidente ha sido considerado un homicidio. El hombre que disparó, natural de Brooklyn, fue detenido y acusado de intento de asesinato y de dos cargos de posesión criminal de un arma.
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El tiroteo se produce un mes después de que un empleado de otra firma de comida rápida del centro de Atlanta recibiera un disparo mortal y otro resultara herido en junio. Cuando un cliente abrió fuego porque había demasiada mayonesa en su sándwich. El sospechoso, un hombre de 36 años, fue detenido gracias a un aviso del público.
Con información de 20 minutos
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