El truco de las 72 horas para ahorrar dinero y llegar más cómodo a final de mes. La inflación ha encarecido el coste de la vida, con los precios de los alimentos por las nubes y las facturas de la luz, el gas y el agua castigando sin piedad el bolsillo de los ciudadanos. Y ante ese escenario son cada vez más los hogares con problemas para llegar a fin de mes por lo que reducir los gastos se ha convertido en una necesidad para muchos de ellos.
Pero una cosa es decirlo y otra muy distinta hacerlo porque no siempre es fácil ahorrar algo de dinero. Los sueldos ajustados y los gastos imprevistos son los principales obstáculos para el ahorro. Pero también influyen otros aspectos como el emocional que en ocasiones lleva al consumidor a realizar compras innecesarias o compulsivas.
«Generalizando mucho, podríamos afirmar que el comprador compulsivo es una persona que ha adquirido a lo largo de su historia de aprendizaje un repertorio conductual de escape o evitación ante las emociones intensas por medio de las compras. No difiere funcionalmente de lo que ocurre con los atracones de comida o el abuso de sustancias psicoactivas». Asegura José Antonio Tamayo Hernández, psicólogo sanitario del centro Activa Psicología de Madrid.
Seguir alguna regla o método puede ser de gran ayuda para ahorrar algo de dinero a final de mes. Y uno de ellos es el llamado truco de las 72 horas, que básicamente evita que realices compras que no son imprescindibles.
La aplicación de este truco es sencilla, ya que solo consiste en dejar pasar tres días antes de realizar una compra. El truco no está dirigido a compras necesarias y habituales para un hogar, como puede ser la compra semanal en el supermercado. Sino que está enfocado a aquellas compras que no son de primera necesidad y que podríamos considerar caprichos.
Paciencia a la hora de comprar
Por ejemplo, si paseando por la calle vemos algo que nos gusta en el escaparate de una tienda y sentimos la necesidad imperiosa de comprarlo. El truco de las 72 horas obliga a dejar pasar tres días antes de adquirirlo.
Durante ese periodo de 72 días hay que reflexionar y analizar en casa si ese bien que pretendemos adquirir es realmente un producto necesario o si, por el contrario, se trata de un capricho innecesario.
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Está comprobado en varios estudios que en la mayoría de los casos esas compras impulsivas no llegan a materializarse después de un plazo de tres días porque el consumidor llega a la conclusión de que solo se trataba de un capricho.
«Lo que indica la regla de las 72 horas (que también podría ser de 24 o 48 horas. Siempre que dé margen para que las emociones puedan regularse), es que si pasado ese tiempo seguimos queriendo comprar un producto. Es probable que sea porque nos interesa verdaderamente y no sea una compra emocional o compulsiva», explica Tamayo.
Si pasado ese tiempo seguimos queriendo comprar un producto, es probable que sea porque nos interesa verdaderamente»
«Funciona como cualquier otro procedimiento que permita reducir la intensidad emocional o el impuso hacia esas compras innecesarias que se realizan de manera compulsiva. La razón que subyace es que estas compras suelen llevarse a cabo bajo estados emocionales intensos (tristeza, ansiedad, aburrimiento, alegría…). Que resultan incómodos, por lo que las conductas implicadas en la compra (búsqueda, elección, adquisición…). Sirven para aliviarlos o eliminarlos temporalmente», añade.
Por lo tanto, ser paciente a la hora de comprar y aplicar siempre la regla de las 72 horas puede ser un método muy efectivo para evitar gastos innecesarios y llegar a fin de mes con más comodidad.
Con información de 20 minutos
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