El canciller ruso Sergey Lavrov sostuvo un intercambio de criterios sobre los más recientes acontecimientos en la región del Medio Oriente con su homólogo egipcio Sameh Shoukry.
A través de una llamada telefónica, ambos funcionarios cruzaron sus opiniones acerca de la situación regional y los esfuerzos por llegar a una solución al conflicto en Libia.
Lavrov entró en un autoaislamiento el martes pasado tras haber contactado con un portador de la Covid-19. El servicio de prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia divulgó una nota que asegura que goza de buen estado de salud, pero se han pospuesto las visitas y reuniones previamente planificadas.
Ese mismo día Shoukry arribó a la capital rusa, Moscú, donde se reunió con representantes de varias carteras para abordar temas de la cooperación bilateral y desde allí participó en una conferencia en modo virtual con los cancilleres de Sudán y Etiopía, con vistas a reiniciar las conversaciones sobre la represa Renaissance.
En los encuentros con funcionarios rusos, el canciller de Egipto expresó la disposición de su país para participar en la fabricación y producción conjunta de la vacuna contra el coronavirus creada por científicos rusos. También afirmó la necesidad de que los comités de salud de ambos países sostengan coordinaciones permanentes para hacer frente al Sars-Cov-2.
Entre otros temas, la agenda contempló la colaboración entre Egipto y Rusia en el campo ferroviario, en especial un reciente acuerdo para que Rusia exporte 1.300 vagones de tren a Egipto, y el proyecto conjunto para construir una planta de energía nuclear con cuatro reactores en la ciudad mediterránea de Dabaa.
También, se pasó revista a la marcha de los procedimientos para implementar una zona industrial rusa en el eje del Canal de Suez, proyecto considerado estratégico.
