Los comerciantes de famoso mercadillo madrileño El Rastro, podrían poner fin a su inactividad de ocho meses este domingo si cierran con el Ayuntamiento de Madrid los últimos «flecos» pendientes en una reunión de carácter técnico programada para mañana viernes en la Junta del distrito Centro.
«Hay que hacer bastantes actuaciones previas, pero haremos todo lo posible por que sea esta semana y si no será la semana que viene», ha apuntado la portavoz municipal Inmaculada Sanz sobre la vuelta del tradicional mercado de La Latina. El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, avanzó hace un par de días que los comerciantes habían aceptado la última propuesta remitida por el Consistorio para fijar las condiciones bajo las que volverían a operar. No obstante, aún no se han salvado algunas diferencias en cuanto a la logística.
La responsabilidad sobre el control de aforos ha acaparado la atención en las reuniones entre comerciantes y la corporación local que se suceden desde hace meses. En su última oferta, el Ejecutivo madrileño cedió en su pretensión de que los propios vendedores asumieran esta tarea, como ha explicado tras la Junta de Gobierno la delegada de Seguridad y Emergencias. «De manera excepcional, y tratando de llegar a un acuerdo, ya anunciamos que nos vamos a hacer cargo del conteo del aforo», ha recordado.
Respecto a este punto también se pronunció el pasado martes el regidor de la ciudad, quien aseguró que la Alcaldía se encargará de «lo necesario para que no haya un riesgo adicional», pero adelantó que «no es algo que hará la Policía Municipal». Por el momento, se desconoce qué figura velará por que no se sobrepase la capacidad en este espacio difícil de delimitar por su concepto abierto. El Ayuntamiento examinará mañana «de qué manera se puede hacer el control para que el Rastro comience con todas las medidas de seguridad y garantías de que sea un éxito», ha indicado Sanz.
Otro de los escollos que quedaba por resolver es el balizamiento de los puestos. El 57 por ciento de los comerciantes votó a favor de la más reciente propuesta de reapertura lanzada desde Cibeles, pero no aceptaron uno de los puntos de la misma, el apartado 4b, que recoge que la instalación y colocación de la cinta de delimitación corresponde a cada vendedor. «Aceptamos la propuesta quinta de la concejalía remitida el 5 de noviembre, pero para ello es imprescindible que elimine este punto inaceptable debido a que es competencia municipal y de ningún modo de los titulares de los puestos», puntualizaron los comerciantes en un comunicado.
Almeida restó importancia a este tema al considerarlo «cosa menor» y auguró que «habrá entendimiento» en este asunto. No obstante, recordó a los empresarios que operan en el Rastro que deben entender que «esa superficie tiene que quedar debidamente perimetrada» y que es «una responsabilidad que incumbe a comerciantes y Ayuntamiento». Este viernes deberán pactar a quien se adjudica ese balizamiento, pero los vendedores fueron claros en que «de ninguna de las maneras» van a responsabilizarse al tratarse de «un acto prohibido que debe ser realizado por las autoridades competentes en la materia».