Ignacio Aguado, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, ha defendido que las nuevas restricciones del Gobierno regional, que entrarán en vigor este lunes, buscan «frenar esa segunda ola» de coronavirus «que va cogiendo fuerza», pero que confían en «ir mitigando poco a poco».
En declaraciones a los medios de comunicación, tras asistir a las instalaciones donde se está realizando el estudio de seroprevalencia en Arroyomolinos, Aguado ha reconocido que «es evidente que en las últimas semanas, especialmente desde la segunda quincena de agosto los casos que se van diagnosticando van en aumento» aunque ha hecho hincapié en que esto no significa que «la situación esté descontrolada, ni que haya una saturación de las urgencias ni del sistema sanitario en general».
Para Aguado, la actual situación lleva a estar al Ejecutivo autonómico «en alerta» pero no por ello generarán «alarma» en la población. «Estamos viendo cómo evolucionan los casos, es evidente que el número de pruebas que realizados al día y a la semana es infinitamente mayor de las pruebas que hacíamos hace unos meses, en las semanas que fueron pico de la pandemia. Hacíamos en torno a 15.000 pruebas a la semana y ahora estamos hablando de 150.000», ha subrayado.
El también portavoz del Gobierno madrileño ha incidido en que esto permite «identificar un porcentaje muy significativo de gente asintomática que antes no era identificada por el sistema sanitario». Según ha remarcado, ahora se tiene «una foto diaria mucho más certera de lo que está pasando».
En este sentido, ha indicado que la mayoría de los casos activos son «leves» y ha hecho hincapié en que «desde el punto de vista de presión asistencial» no se está ante una situación que «ni siquiera se aproxime a la realidad de marzo y abril». Por ello, ha abogado por «seguir con cautela, llamando a la prudencia de los ciudadanos».