El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, acaba este 2021 distanciado de su socio de investidura, Vox; situado entre ‘Génova’ y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; sobre todo en lo concerniente a la Presidencia del PP de Madrid; y habiendo recurrido hasta en dos ocasiones (ordenanza de Movilidad y Presupuestos) al «comodín» de los ediles ‘carmenistas’.
2021 comenzó teñido de blanco en la capital. Cuando la ciudad comenzaba a recuperarse del azote de la pandemia; un manto de hasta 60 centímetros de nieve se acumuló en algunas zonas de Madrid con el paso de la borrasca ‘Filomena’, y quedó colapsada.
Pero no fue la única ‘batalla’ con la que ha tenido que bregar el regidor durante este año; cuando se han cumplido dos de mandato al frente del Consistorio de la capital. Este ha sido el año en el que su relación con Vox; quien lo apoyó para poder tomar el bastón de mando en 2019, ha vivido sus mayores desencuentros.
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Los de Javier Ortega Smith ya le dieron la espalda para aprobar la ordenanza de Movilidad Sostenible; que mantiene una zona de bajas emisiones en el centro de Madrid rebautizada como Distrito Centro. Vox afeaba a Almeida que no cumpliera su promesa de «acabar con Madrid Central»; si bien en el pacto de gobierno de PP-Cs se habla de «mejorar» y no de «revertir» esta zona.
PROMESA INCUMPLIDA
El regidor siempre ha reconocido que no pudo cumplir su promesa electoral de eliminar el área de bajas emisiones por el acuerdo con los ‘naranjas’ para poder llegar a la Alcaldía.
La aprobación de esta ordenanza, en parte para cumplir con las obligaciones europeas de calidad del aire; supuso el principio del fin de la relación entre ambas formaciones en el Ayuntamiento de la capital.
Así, el equipo de Gobierno tuvo que echar mano de los cuatro votos de los ediles escindidos de Más Madrid que se terminaron agrupando en el Grupo Mixto bajo la denominación de Recupera Madrid. Ellos celebraron con que con sus votos se «mantuviera Madrid Central».
Sin embargo, no ha sido la única ocasión en la que Almeida y la vicealcaldesa, Begoña Villacís; han tenido que recurrir a estos cuatro votos para sacar adelante una de sus medidas. Marta Higueras, José Manuel Calvo y Luis Cueto fueron decisivos para que el Gobierno municipal aprobara sus terceras cuentas públicas en un momento «muy complicado».
Vox ya había manifestado su línea roja para sentarse a la mesa y negociar el Presupuesto: eliminar la zona de bajas emisiones; una pretensión que Martínez-Almeida ya adelantó que no sucedería. Y Vox cumplió su palabra.
Pese a los continuos intentos por parte de Martínez-Almeida a través de llamadas, mensajes de WhastApp y secretarías; y una carta, Javier Ortega Smith únicamente aceptó un breve encuentro tras el cual confirmó al alcalde que no apoyarían sus cuentas. «Que le vaya bonito aunque sea para desgraciada de los madrileños», lanzó Smith en el Pleno municipal.
Entre medias, las acusaciones entre ambos han ido en aumento. Mientras que Ortega Smith acusaba al regidor de «mentir» y de aplicar políticas «comunistas»; Martínez-Almeida aludía al poco trabajo llevado a cabo por el Grupo Municipal de Vox en Cibeles así como a sus falsas acusaciones.
Por su parte, Villacís, que siempre mostró su mano tendida a Recupera Madrid para aprobar el Presupuesto; celebró que por fin se había «desenmascarado» a Vox, a quien ha acusado en reiteradas ocasiones de «desestabilizar» todo aquello que tocan.
La relación Vox-PP llega a 2022 muy tensionada en lo que muchos ven como una «estrategia» de Vox a nivel nacional; formación que sí ha aprobado los presupuestos de la Comunidad de Madrid pero no así los de la Junta de Andalucía.
EN MEDIO DE LA GUERRA CAINITA DEL PP
Si dentro de Cibeles Almeida tenía un panorama complicado con su socio de investidura, en su partido las cosas comenzaron a complicarse a partir de verano; cuando él ya había sido nombrado portavoz nacional de la formación. El abogado del Estado se vio inmerso en la polémica por la Presidencia del PP de Madrid y en el cruce de acusaciones; entre la Dirección Nacional de la formación y el entorno de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Fue en agosto de 2020 cuando Pablo Casado, quien lo designó candidato a la plaza del Ayuntamiento, le nombró portavoz nacional de la formación. En ese momento, Almeida había construido la figura de un alcalde «moderado» por su gestión durante los meses más duros de la pandemia; donde se erigió como una de las figuras políticas más reconocidas tanto en el PP como a nivel nacional.
Por eso, muchos entendieron este nombramiento como un «regalo envenenado» de Casado para restar el crecimiento en popularidad de Martínez-Almeida al tener que defender las medidas del partido a nivel nacional y alejarlo así de su figura de «alcalde de España».
Fue en septiembre cuando la figura de Almeida como portavoz nacional del PP comenzó a eclipsar todos sus actos de ámbito municipal. En ese mes, Isabel Díaz Ayuso, tras su contundente victoria en las elecciones del 4 de mayo a la Comunidad de Madrid; manifestó su intención de presentar su candidatura a presidir el PP madrileño.
Todos los ojos se dirigieron entonces al alcalde cuando Pablo Casado manifestó que tanto Ayuso como Almeida era dos «buenos candidatos» para presidir el PP de Madrid. Comenzaba así una guerra cainita entre ‘Génova’ y Sol que terminó eclipsando la labor del regidor al frente del Consistorio.
Eran tan insistentes las preguntas de los periodistas sobre una posible candidatura, que José Luis Martínez-Almeida decidió mantenerse al margen; todo lo que su cargo pudiera dejarle, y decidió que no hablaría sobre esta cuestión hasta que «llegara el momento».
Fueron muchos días en los que defendió que Díaz Ayuso, a quien siempre ha considerado su ‘partner’; era una muy buena candidata y reiteraba que ambos mantenían una buena relación política y personal. Si bien, al mismo tiempo, manifestaba que Pío García Escudero y Ana Camíns, al frente de la Gestora del PP madrileño tras la dimisión de Cristina Cifuentes; llevaban a cabo «un gran trabajo».
Martínez-Almeida y Díaz Ayuso comieron juntos a finales de octubre en la Real Casa de Correos, sede de la Presidencia Regional; y fue en este encuentro donde Almeida le hizo constar a la presidenta regional su preferencia por una tercera vía para poner fin a la crisis y acabar con el ruido interno.
Otro punto de fricción entre ambos fue la celebración del Congreso de los ‘populares’ madrileños. Ayuso apostaba por adelantarlo, y Almeida de celebrarlo según los tiempos que marcó ‘Génova’; opción que fue finalmente la que imperó.
JOSÉ LUIS Y BEGOÑA
El alcalde y la vicealcaldesa han presumido de buena relación y entendimiento pese a discrepar en algunas cuestiones. La más notoria ha sido Madrid Central; ya que pese a que Almeida prometió en campaña eliminar la medida estrella de Manuela Carmena, tras pactar la Alcaldía con Cs acordó «mejorar» la zona.
La autoría de la ampliación de las terrazas de hostelería en la capital hizo visible, a través de diversas declaraciones enfrentadas; un punto de fricción entre el primer edil y la vicealcaldesa, ya que mientras el primero atribuye esta medida al trabajo «conjunto» de PP y Cs; Villacís asegura que responde a una competencia de su área.
Con información de Europa press
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