Australia extendió las restricciones para salir del país implementadas por la pandemia a sus nacionales que viven en el extranjero y se encuentren de visita y que ahora tendrán que aportar «razones convincentes» ante las autoridades para que se les permita abandonar el territorio.
Australia, que cerró sus fronteras en marzo de 2020 y no planea abrirlas hasta mediados de 2022, prohíbe a sus ciudadanos y residentes permanentes viajar al extranjero, aunque hasta ahora mantenía una excepción automática para aquellos nacionales que residieran en otros países.
La enmienda a la Ley de Bioseguridad, que fue presentada el jueves ante el Parlamento y que entrará en vigor el 11 de agosto, requiere que el ciudadano que vive en el extranjero «demuestre que tiene razones convincentes de que necesita abandonar el territorio australiano».
Las autoridades consideran que esta enmienda reducirá la presión en los centros de cuarentena, así como los riesgos de contagio de la covid-19 y ayudar al retorno de los residentes y ciudadanos temporales al país, de acuerdo al documento presentado ante el Legislativo por el ministro de Salud, Greg Hunt.
Esta medida se da mientras unos 35.000 australianos y residentes permanentes están registrados en las listas oficiales para regresar al país, que recientemente limitó a 3.000 el tope de entradas internacionales por semana.
El país oceánico -que permite los viajes al y desde el exterior con exenciones por motivos humanitarios, de negocios o de seguridad nacional- obliga a todas las personas llegadas desde el extranjero a guardar dos semanas de cuarentena en los centros designados.
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