Bajo el grito de guerra ¡Almeida, el rastro no se vende el rastro se defiende!‘, comerciantes del Rastro se han concentrado este jueves en la Plaza de Callao para exigir al Ayuntamiento una solución «urgente» a los vendedores, así como para reivindicar una mesa de trabajo.
La concentración ha sido organizada por las asociaciones ‘El Rastro punto es’, Argatsana y la Asociación Independiente del Rastro (Asiveras) y como avanzaron en su convocatoria, han expuesto un mural «gigante con imágenes de generaciones» para defender que el Rastro «es patrimonio cultural del pueblo de Madrid» y que, además de ser un espacio comercial, es «ante todo» un lugar público y de encuentro.
Los comerciantes han aprovechado para dar visibilidad a la situación que atraviesan las 1.000 familias titulares de los puestos que llevan seis meses sin poder trabajar. En este sentido, han cuestionado al regidor madrileño, José Luis Martínez-Almeida, que «hasta cuándo les va a ignorar».
Además, los comerciantes aseguran que este Ayuntamiento «pretende desmantelar el Rastro con una reestructuración absoluta», en referencia a que la propuesta del Gobierno local «suprime todos los puestos de la Plaza de Cascorro, Ronda de Toledo y la mayor parte de la calle Ribera de Curtidores» para «imponer» en ese espacio «cinco ‘minimercadillos'» y «trasladar 200 puestos a Gran Vía de San Francisco, una zona que no pertenece al Rastro y que está a veinte minutos del epicentro de este».
En este sentido, han señalado que el Consistorio «no quiere escucharles ni aplicar su justa y generosa propuesta» de reabrirlo instalando solo el 50 por ciento de los puestos un domingo y, el domingo siguiente, el otro 50 por ciento. Todo ello, bajo el criterio de instalar un puesto sí y otro no, pero en sus «ubicaciones habituales, aunque hubiera que realizarse algunos ajustes».
«Nuestra propuesta ha sido valorada por expertos en Salud Pública y seguridad y han considerado que cumple las recomendaciones sanitarias», han aseverado.