Este lunes, el dictador norcoreano Kim Jong- ha expresado que los perros de mascota son un símbolo de la caída capitalista y en consecuencia mandó que estos animales sean acorralados en Pyongyang.
Los dueños temen a que sus mascotas sean utilizadas para solucionar la crisis alimentaria por la que pasa el país coreano.
“Las autoridades han identificado hogares con perros de compañía y los obligan a entregarlos o los confiscan por la fuerza y los sacrifican”, dijo una fuente al periódico Chosun Ilbo de Corea del Sur.
Además, que la carne de perro es considerada en la península coreana como un alimento durante mucho tiempo. Sin embargo, a la tradición de comer perros se está anulando gradualmente en Corea del Sur.
Aún así, se estima que un millón de perros se crían en granjas para ser consumidos cada año en el Sur.