Cristina Hoyos, sobreviviente de cáncer de mama.
Hoy se conmemora el Día Internacional del Cáncer de Mama, con el propósito de sensibilizar y concienciar a las personas de todo el mundo, sobre la importancia de realizarse un examen de mamas regularmente, con la finalidad de detectar cualquier signo o anomalía en los senos de la mujer.
Cristina Hoyos Pandero, reconocida bailaora flamenca, coreógrafa y actriz española, es una sobreviviente del cáncer de mama.
Según la bailaora, cuando le diagnosticaron un cáncer de mama, lo primero que pensó fue que mejor le hubiese pasado a ellas antes que a otras mujeres de su familia.
«Me ha tocado, como a tantas otras mujeres. Soy fuerte y voy a poder con esto», cuenta.
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DIAGNÓSTICO
El 1 de diciembre de 1996, en una fiesta de despedida de los escenarios de Nacho Duato, se había notado un bulto en el pecho.
Pero el día 18 de ese mismo mes tuvo lugar la operación.
A pesar de que en ese momento las intervenciones y los tratamientos eran más agresivos, la cirugía fue conservadora y no perdió el pecho.
«A los tres días estaba comprando la comida y los regalos de Navidad», señala.
Hoyos cuenta que tener una vida activa fue clave en su recuperación y menos de tres meses después de la intervención quirúrgica volvía de nuevo a los tablaos.
«A mediados de marzo ya estaba haciendo la temporada en Barcelona», explica.
«Adelantábamos la función del domingo para poder coger el último avión a Sevilla. El lunes me daba el ciclo de quimio y radio y el martes volvía de nuevo a Barcelona para actuar (previa inyección de Primperan)», apunta.
Así durante 20 sesiones, «Bailar me daba la vida. El baile fue una de mis tablas de salvación».
Diez años después, decidió contar su experiencia en el libro ¡Ánimo, pa’ lante!, con el fin de transmitir un mensaje positivo a las personas que luchan contra la enfermedad.
«Antes la gente ocultaba que tenía un cáncer. Yo no quise hacerlo. Contarlo era como decir a todos los enfermos: ‘Nos vamos a curar'». Hoy, 25 años después y echando la vista atrás, afirma haber ido olvidando los miedos. «Dejas de pensar obsesivamente en una recaída. Ahora ya no soy una enferma. Soy una mujer operada de cáncer».
Este es un gran ejemplo de la fuerza y la valentía que tienen muchas mujeres españolas, que hoy atraviesan por casos similares, y día a día luchan por dejar de ser una mujer enferma de cáncer de mama.
Con información de El Mundo
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