Tras estos meses de pandemia por la Covid-19, parte de la población ha perdido la sensación de control de su estado de bienestar, lo que ha afectado directamente al equilibrio emocional, de hecho, según explica Beatriz Mora, coordinadora de Psicología de la Clínica López Ibor, son muchos los problemas generados a raíz de esta situación como cuadros depresivos, abuso de alcohol y de otras sustancias, trastornos de estrés postraumático, y otras muchas alteraciones mentales y de comportamiento.
«Los efectos psicológicos negativos que han incidido en nuestra salud mental con motivo de la pandemia, los podemos resumir en la pérdida de control sobre nuestra propia estabilidad emocional, la incertidumbre a la que todavía hoy seguimos sometidos, y la sensación de vulnerabilidad de nuestra integridad física», explica con motivo de la celebración este sábado del Día Mundial de la Salud Mental.
Estas sensaciones, señala, «han generado un quiebro en nuestra forma de ver el mundo que en ocasiones merece ser atendido por profesionales de la salud mental». Precisamente, en este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se afirma que se espera que las necesidades de apoyo psicosocial y en materia de salud mental aumentarán considerablemente en los próximos meses y años.
«Las dudas sobre nuestras propias vidas y la de nuestros seres queridos, sobre cómo podemos evitar contagios, el temido repunte pandémico que estamos viviendo y, en numerosas ocasiones, nuestros pensamientos recurrentes negativos, nos invaden de desconcierto y a veces de desesperación ante una situación desconocida y novedosa, de la que aún no tenemos una certeza segura», afirma Mora.
Es por eso que, continúa, «todas estas percepciones con sus alteraciones emocionales y pensamientos recurrentes negativos pueden provocar desajustes en nuestra salud y en la continuidad y disfrute de las actividades de nuestra vida diaria».
En el caso concreto de COVID-19, el trauma psíquico de no poder despedirse de los seres queridos, el aislamiento, el miedo al contagio o la pérdida del empleo son situaciones que pueden poner en riesgo el equilibrio mental. Por eso, concluye, «la interpretación que hagamos de esta situación y de sus consecuencias, así como la forma de afrontarla puede ayudarnos a reducir el riesgo de sufrir dichas alteraciones en nuestra salud mental».
UGT reclama inversión en salud mental
Por otra parte, UGT ha reclamado aumentar la inversión en salud mental y convertirla en una prioridad, recordando que los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran que cerca de 1.0000 millones de personas en el mundo viven con un trastorno mental, tres millones mueren cada año por el consumo nocivo de alcohol y una persona se suicida cada 40 segundos.
Unos problemas que se han visto «agravados» -incide- por la irrupción de la pandemia de Covid-19, los confinamientos, el miedo al contagio, la no desconexión en el teletrabajo, así como la incertidumbre ante el futuro o la pérdida de empleo.