Descubren los restos de un castillo medieval hasta ahora desconocido en Galicia

Arqueólogos de la Universidad de Santiago han descubierto los restos de un castillo medieval «muy singular» oculto bajo una densa vegetación. Según los primeros estudios, podría ser uno de los recintos amurallados más grandes de Galicia.

Este recinto fortificado de Castro Valente, situado en Padrón (A Coruña), tiene características «únicas y muy interesantes». Según los investigadores Mario Fernández Pereiro y José Carlos Sánchez Pardo, para estudiar la transición de la época romana a la Alta Edad Media.

Los autores de este estudio, al que ha tenido acceso Efe, señalan que Castro Valente. Parte de cuyo territorio se extendería por montes del municipio vecino de A Estrada (Pontevedra), era un complejo «de gran tamaño y monumentalidad».

1.200 metros de perímetro

Las primeras referencias escritas sobre su existencia datan de finales del siglo XIX y principios del XX. Siendo la más antigua la que cita Manuel Murguía, esposo de Rosalía de Castro, que en 1865 realizó una descripción del yacimiento para su ‘Historia de Galicia’.

A través de un vuelo mediante dron utilizando una técnica de luz láser. Los investigadores han podido detallar «perfectamente» la extensión y el trazado de la antigua muralla de Castro Valente, una estructura de 1.200 metros de perímetro que estaba coronada por hasta treinta cubos o torres.

La zona mejor conservada, según los análisis realizados sobre el terreno, está en la cara noroeste. Si bien la densa vegetación de acacias «cubre el trazado del recinto amurallado».

En otros puntos del recinto también es posible localizar evidencias del trazado, «aunque su conservación no es comparable». Recogen los autores del estudio, que consideran «muy difícil» identificar las puertas del recinto, más allá del acceso principal y dos de menor importancia.

Uno de estos accesos fue identificado con teledetección aérea y está rodeado de vegetación. Mientras que el otro parece estar situado en una zona muy afectada por una pista cortafuegos y fue identificado por la existencia de una posible torre que defendería esta entrada.

Difícil conservación

Con respecto al interior del castillo, los autores del estudio concluyen que «es difícil localizar evidencias arquitectónicas» debido al estado en el que se encuentra. Inclinándose hacia materiales pétreos o incluso una combinación de diversos elementos.

Además, «se aprecian algunas elevaciones en el terreno que pueden indicar estructuras murarias». Algo que los arqueólogos sostienen que es una hipótesis que debería corroborar una excavación arqueológica más amplia.

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Los expertos advierten además de que el recinto fortificado presenta diversos problemas para su conservación. Al haber sido «artificializado» durante su construcción y haber sufrido varios ciclos de plantación de pinos o la construcción a su alrededor de diversas pistas cortafuegos.

Estas intervenciones, junto con la erosión natural, la «grave amenaza» de las raíces de las acacias o la reciente construcción de un parque eólico en la zona. «pueden llegar al alterar su conservación», según los arqueólogos que han documentado su estado actual.

«Estos primeros pasos son lo suficientemente estimulantes como para impulsar siguientes intervenciones que amplíen los datos recabados en este singular recinto fortificado». Concluye el informe elaborado por Mario Fernández Pereiro y José Carlos Sánchez Pardo.

Con información de 20 minutos

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