La nueva ley de libertad sexual considera como delito el acoso callejero, piropos incluidos. Así se recoge en el anteproyecto de ley que recibió luz verde el pasado mes de marzo y que elimina la diferencia entre abuso y agresión.
Se trata de un delito leve que ya se puede denunciar: “Me parece demasiado que por decirle a una chica lo guapa que es y lo bonita que va, esa chica dé la vuelta a la situación y vaya a la Policía”, explica Fernando.
A Fernando le denunciaron por decir un piropo a una chica mientras estaba trabajando en una obra en la estación de Chamartín: “La veía todos los días. Un día me lancé y la dije: Madre mía qué bien te parió tu madre y que guapa eres; ese piropo me costó 60 días de arresto domiciliario”, explica.
El suceso pasó este verano y fue acusado por un delito de injurias: “Me parece exagerado, no creo que esto sea motivo para denuncian a una persona”, cuenta Fernando.
A parte del arresto domiciliario, este acto también puede ser sancionado con trabajos comunitarios o una multa.