Novak Djokovic dejó claro que si es uno de los grandes favoritos a vencer en Wimbledon no es por dejar ni un ápice a sus rivales. Su compatriota Miomir Kecmanovic, vigésimo quinto cabeza de serie. Fue una víctima propicia y desde el primer momento dejó claro que este partido iba a ser de un único color. El resultado: 6-0, 6-3 y 6-4 en menos de dos horas.
Si no fue un partido perfecto para el exnúmero 1 le faltó muy poco. Lo visto en el primer set dio miedo. Menos de media hora para endosarle un 6-0 en el que Kecmanovic apenas pudo hacer nada. De hecho, no sumó su primer punto hasta el segundo juego del segundo set, cuando ‘Nole’ ya entendió que no iba a tener que desgastarse.
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El duelo entre serbios, en el que muchos ven una posible sucesión en el futuro, se decantó desde el primer momento. Hubo fases del partido que parecía que Djokovic estaba dando un ‘clínic’ a su rival, que aún así tuvo momentos de inspiración.
Sin embargo, la consistencia de Djokovic fue letal. Con una derecha que le funcionó a las mil maravillas y un servicio letal que no cedió hasta bien entrado el tercer set. ‘Nole’ arrasó sin piedad al joven Kecmanovic, que sacó algo de garra en la recta final para estirar un poco más el encuentro.
El primer cabeza de serie para este torneo llegó a tener un 5-2 a favor que le hubiera valido para ganar. Pero Miomir le rompió el saque para estirar hasta el 5-4. Al final, cayó de maduro.
Djokovic ya está en octavos, sigue sin ceder y sus rivales empiezan a tener algo de miedo.
Con información de 20 minutos
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