Ecofire, el nuevo ingenio español para apagar incendios: mejor que el agua

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Foto: Cortesía

Ecofire, el nuevo ingenio español para apagar incendios. Ángel Martín era agricultor en Zamora hasta que el verano pasado un incendio forestal le arrebató la vida mientras intentaba establecer un cortafuegos en los alrededores de su pueblo.

Su imagen saliendo del tractor entre las llamas estremeció a España y, en ese momento, se convirtió en el ‘héroe de Tábara’. Escenas como esta, que recuerda el inventor César Sallén, son las que llevaron a este vecino de Binéfar (Huesca) a desarrollar un producto capaz de prevenir los fuegos y acabar con ellos de manera eficiente. Tras años de investigación, nació Ecofire, elaborado a base de componentes de origen natural y comestible y con una efectividad 50 veces superior al agua.

«Al ver al hombre de la sierra de la Culebra en el tractor, solo pensaba: ‘Esto lo tenemos que parar’. Es algo que llevaba madurando mucho tiempo, que teníamos que darle una solución a estas situaciones. Porque cada año hace más calor, hay más sequía y se queman más hectáreas», reflexiona Sallén. Que ha trabajado durante años en este producto hasta dar con la fórmula comercializada actualmente por la empresa Simon rack en una quincena de países.

El compuesto es «100% orgánico y hasta comestible», y no es necesario emplear grandes cantidades para garantizar su efectividad. «Con pulverizarlo es más que suficiente y puede aplicarse desde un camión, una motobomba, un helicóptero, un avión… Los bomberos pueden usarlo sin ningún tipo de cambio en la maquinaria utilizada hoy en día. No es corrosivo y un litro del producto tiene la efectividad de 50 de agua. Además, no se seca nunca, porque es higroscópico y absorbe la humedad del ambiente», detalla.

En este sentido, el inventor, que es también artífice de otros ingenios como robots de desactivación de explosivos, vallados inteligentes para Adif o sistemas de puertas automáticas para la banca, hace una reflexión sobre los instrumentos empleados actualmente por los bomberos: «Disponen de autobombas, de unos vehículos fantásticos, de helicópteros, de aviones de carga, de sistemas satelitales para conocer la climatología, de cámaras y drones… En general, tienen a su servicio alta tecnología, pero, por otro lado, siguen igual que los romanos, echando agua«.

¿Cómo funciona?

En cuanto al funcionamiento de Ecofire, basta con dar una mano de compuesto sobre la superficie que se desea proteger. Este reacciona al alcanzar los 90-95 grados y crea «una capa carboxílica con un tamaño 40 o 50 veces superior al del recubrimiento proyectado». «Al quedarse adherida, evita el contacto con el oxígeno. Así rompemos dos partes del triángulo del fuego: uno es la convección por calor, por temperatura, y otro es el oxígeno. Donde lo aplicamos, no se puede quemar nada», señala el autor del ingenio, que destaca que en la elaboración del producto no generan «ni un gramo de residuo».

Con este funcionamiento, el objetivo es prevenir y extinguir «cualquier tipo de fuego». Puesto que el compuesto resiste hasta los 1.200 grados del soplete de acetileno con el que lo han probado, una temperatura muy superior a la de los incendios forestales. De momento, ya lo están comercializando para la agricultura, la industria y la protección de fincas y del ganado. Sobre el que el producto puede incluso «aplicarse directamente». 

Ventajas

Una de las principales ventajas de este material, ahonda Sallén, es su capacidad para crear cortafuegos. Ya que se mantiene activo hasta que lluevan más de 10 litros por metro cuadrado. Así, aunque el viento cambie y las llamas emprendan otra dirección en un determinado momento. Si regresan varios días más tarde al punto donde se ha extendido el producto, este continuará funcionando. Esto supone un avance respecto al polifosfato amónico usado como retardante por los helicópteros de bomberos, que tiene «una efectividad máxima de dos horas».

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Otra de las virtudes de Ecofire, remarca el binefarense, es que permite atravesar las llamas tras rociar con él la ropa. Además, es especialmente práctico en los incendios en empresas de plásticos. «En esos casos se produce gran cantidad de fuego y de humo, y los bomberos echan agua y agua y agua para refrescar, que sale por las alcantarilla con todos los residuos tóxicos y va a la depuradora. Y de ahí, al suelo. Con esto, usas mucha menos cantidad, se apaga infinitamente más rápido, y todo se queda ahí colapsado».

Antes de este producto, el inventor ya había creado Sallén Fire, cuyo uso no llegó a implantarse por ser demasiado espeso y presentar problemas para proyectarlo a través de las mangueras y para conservarlo. Ecofire, sin embargo, «no precipita» y cuenta con una fecha de caducidad de cinco años. Por todo ello, este oscense pone su creación «en manos de los españoles primero y de cualquiera que quiera terminar con los incendios».

Con información de 20 minutos

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