El Gobierno de Estados Unidos impuso este jueves nuevas medidas coercitivas unilaterales contra la empresa iraní Shahid Meisami Group, así como a su director, por su participación en un presunto programa de desarrollo de armas químicas de Teherán.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven T. Mnuchin, en un comunicado en el cual anunciaba las nuevas medidas sancionatorias dijo que «EE.UU. seguirá luchando contra cualquier esfuerzo del régimen de Irán para desarrollar armas químicas que puedan ser usadas por el régimen o grupos aliados para avanzar su maligna agenda».
En esa dirección, Estados Unidos acusó a la empresa Shahid Meisami Group y a su director, Mehran Babri, de estar vinculadas a la Organización de Innovación e Investigación en Defensa de Irán, sancionada con anterioridad.
Como consecuencia de esas medidas, quedan congelados los activos que estas entidades puedan tener bajo jurisdicción estadounidense y se prohíben las transacciones financieras con ciudadanos o empresas de EE.UU.
A su vez, el secretario de Estado, Mike Pompeo, remarcó «su preocupación de que la verdadera intención del régimen respecto a las pruebas y producción de los llamados agentes químicos incapacitadores podría ser usado tanto para oprimir aún más a los ciudadanos iraníes o para propósitos ofensivos».
Esta nueva ronda de sanciones se enmarca en la campaña de «máxima presión» lanzada por el presidente saliente estadounidense, Donald Trump, y se anuncian dos meses antes de que sea sucedido por el mandatario electo, el demócrata Joe Biden. Este último es partidario, por el contrario, de reactivar el pacto nuclear de 2015 impulsado por el entonces presidente Obama.
EE.UU. inició en agosto un procedimiento ante la ONU para restablecer todas las sanciones internacionales contra Irán, que se levantaron con el acuerdo nuclear de 2015 (del que Washington se retiró en 2018), con el argumento de que Teherán había incumplido sus obligaciones.