La evolución de la segunda ola de la pandemia del Covid-19 ha obligado al Congreso a descartar las Jornadas de Puertas Abiertas que se celebran cada año en torno al Día de la Constitución, una suspensión que sólo se había aplicado una vez en los 23 años que lleva desarrollándose esta actividad.
Las Jornadas de Puertas Abiertas, puestas en marcha cuando Federico Trillo ocupó la Presidencia de la Cámara, se vienen realizando desde 1997, por lo que, de celebrarse, la de este año habría sido la edición vigésimo cuarta.
Con el estallido de la epidemia del Covid, tanto el Congreso como el Senado ya decidieron suspender las visitas guiadas de los ciudadanos así como la presencia de pública en las sesiones plenarias. Pero la segunda oleada, que hace dos semanas llevó al Gobierno a decretar un nuevo estado de alarma, ha motivado también que una y otra Cámara hayan descartado la celebración de sus jornadas de Puertas Abiertas para evitar la aglomeración de ciudadanos en sus instalaciones.
Se trata de la segunda ocasión en 23 años que el Congreso se ve obligado a suspender este tradicional evento. La primera vez fue en 2012, cuando el entonces presidente, el ‘popular’ Jesús Posada, decidió no celebrarlas como consecuencia de las obras que se realizaban en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo.
En su última edición, que se celebró del 29 de noviembre al 1 de diciembre de 2019, pocos días antes de la constitución de las Cortes surgidas de las elecciones generales del 10N, la Cámara recibió un total de 15.801 visitantes, casi 5.000 más que un año antes, que coincidió con el cuadragésimo aniversario de la Constitución. Eso sí, en la edición de 2018 esas Jornadas duraron tres días.
En todo caso, se trata de cifras lejanas de las que se contabilizaron en las primeras ediciones: más de 20.000 personas en 1997; 19.000, en 1998; 23.000, en 1999; y más de 26.000 en el 2000, anotándose su mejor registro de los últimos 23 años.
Durante estas Jornadas los ciudadanos que se acercan al Palacio de la Carrera de San Jerónimo tienen la oportunidad de conocer las ‘tripas’ de la sede de la soberanía nacional realizando un recorrido por algunas de sus principales estancias, siendo el hemiciclo uno de sus principales atractivos.