El juez vincula el ataque de Algeciras con el «yihadismo» y relata el asesinato. «Una vez que le tiene en el suelo, sujeta la catana con ambas manos y alzando la mirada al cielo y gritando unas palabras en árabe entre las que se escucha la palabra ‘Alá’. Le asesta una última estocada mortal«.
Así se describe el asesinato del sacristán Diego Valencia a manos de Yasin Kanza en el auto del magistrado de la Audiencia Nacional que investiga el caso. En esa misma resolución, adelantada por El País y a la que ha tenido acceso. El juez Joaquín Gadea califica el ataque como una acción de «salafismo yihadista».
El escrito, de 19 páginas, fue redactado el miércoles por la noche a petición del oficio policial para aprobar los mandamientos de entrada y registro al domicilio del joven atacante que acabó con la vida del religioso. El magistrado de refuerzo del Juzgado Central de Instrucción número 6 dio 24 horas a la Policía Nacional para registrar el inmueble. E busca de material informático, documentos, armas, estupefacientes y, entre otros, material para la fabricación de artefactos explosivos.
Audiencia Nacional
Así queda recogido en el auto emitido por este juzgado de la Audiencia Nacional -que es el tribunal competente para investigar delitos de terrorismo-. Junto a un relato detallado de los acontecimientos que tuvieron lugar en el breve recorrido que separa las iglesias de San Isidro, Nuestra Señora la Palma y la Capilla Europa, en Algeciras.
En torno a las 18.30 horas. Relata Gadea, Yasin Kanza accedió al interior del primero de estos templos y comenzó una discusión con los feligreses allí presentes. «Manifestando de forma vehemente que la única religión que hay que seguir es la religión islámica».
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Se marchó de allí «profiriendo mensajes en árabe», pero al cabo de una hora regresó. Entonces comenzaron los ataques. Desde el interior de la parroquia de San Isidro, situada frente a la plaza que le da nombre. Se empezaron a escuchar gritos que venían del exterior del edificio. La misa estaba aún en marcha y el sacerdote que la oficiaba esperó a terminar, bajó del púlpito y salió a comprobar lo que sucedía.
Agresión súbita
El religioso se topó con Yasin Kanza, que lo agredió «de forma súbita» con el mismo machete que acabaría. Minutos más tarde, con la vida de Diego Valencia. Kanza causó al sacerdote heridas «de gran gravedad». Según relata el auto, trató de atacar a uno de los testigos antes de huir en dirección a la iglesia de La Virgen La Palma.
El sacristán Diego Valencia salía en aquel momento por la puerta trasera de la parroquia cuando el joven marroquí acometió contra él armado con el arma blanca, causándole varias heridas. En ese momento, Valencia emprendió su huida hacia el centro de la Plaza Alta frente a la que se erige su iglesia. Pero el sacristán fue envestido por Kanza, que lo tiró al suelo y acabó con su vida.
Tras perseguir a Valencia hasta darle muerte, Kanza se dirigió «de forma muy tranquila» a la ermita Europa, en el otro extremo de la plaza. Trató de acceder al interior de esta otra capilla, pero en ese instante fue detenido por la Policía Local de la ciudad de Algeciras. «Sin prestar resistencia», según explica el magistrado Gadea.
El joven marroquí continuó gritando «Allahu Akbar», mientras era trasladado al centro médico de la ciudad para recibir asistencia facultativa. El magistrado instructor declara en su auto que estos hechos son susceptibles de ser calificados como «delito de asesinato y lesiones con instrumento peligroso con fines terroristas». En lo que considera una acción relacionada con el «salafismo yihadista».
La acción, apunta Gadea, pudo estar motivada por «la intención de alterar la paz pública mediante la ejecución de actos de terror«. «Al apreciarse una voluntad terrorista en la acción del detenido, los hechos serían competencia de la Audiencia Nacional», zanja el juez.
Con información de 20 minutos
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