El Partido Popular se ha desmarcado de la hipótesis de que los recientes cambios de su organigrama interno pudieran desembocar en una serie de acuerdos con el gobierno de coalición en relación a la atascada renovación del CGPJ o las cuentas públicas.
Si bien la ex portavoz del grupo parlamentario, Cayetana Álvarez de Toledo, aseguró en su despedida pública que el presidente de los populares, Pablo Casado, la destituyó, entre otros motivos, porque estaba preocupado por el papel que pudiera jugar en el debate sobre los Presupuestos Generales del Estado, la versión oficial de Génova desde su cese pasa por desmentir un acercamiento a Moncloa. Ya lo hizo el propio Casado, y ahora le toca el turno al recién nombrado portavoz nacional y alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida.
Almeida ha subrayado en una entrevista, que hay que ayudar a vencer a la pandemia y a salvar vidas, y ahí siempre van a encontrar al PP, pero «si lo que esperan es que, en este momento, apoyemos unos Presupuestos de un Gobierno conformado por Podemos, es muy complicado que podamos entrar».
«Tenemos muy claro que con un Gobierno formado por PSOE y Podemos, con su acuerdo de investidura y los socios preferentes que tiene en el Congreso, no podemos ser la muleta de ese Gobierno porque somos la única alternativa real y válida a Sánchez e Iglesias», añadió.
El PP se distancia así del giro estratégico adoptado por Ciudadanos, cuya líder, Inés Arrimadas, confirmó la semana pasada que negocia ya con el PSOE los Presupuestos tratando de restar influencia a Unidas Podemos.
«Ciudadanos lo que va a intentar es que estos Presupuestos, que van a recibir 140.000 millones de Europa repartidos en tres ejercicios, que ese dinero no decidan en un despacho Iglesias, Rufián y Otegi dónde va a parar», explicó Arrimadas entrevistada en ‘El Mundo’ donde justificó su postura en la excepcionalidad de la pandemia.