Son empleadas del hogar, muchas de ellas encargadas de cuidar a los ancianos, ya que su situación se agrava por momentos. Luego del confinamiento han perdido el empleo y llevan meses sin recibir sus ingresos. Y mucho menos ha cobrado el subsidio anunciado por el presidente de Sánchez para ellas, ni encuentran trabajo por el miedo a la covid.
Además, de ofrecerles la extra de verano y que le harían contrato pero llevan, como comenta Berta, esperando desde julio. Las que han podido han denunciado pero la mayoría se encuentra en una situación precaria y de muy complicada salida. Sin oportunidades laborales se han reducido prácticamente a la nada y la que pueden viven de sus ahorros, o acuden a las llamada colas del hambre.
Las nuevas restricciones, también, suman otro problema a su situación. Deben tener salvoconductos para moverse para poder ir a buscar trabajo. Ellas dice tan sólo reclaman los mismos derechos que el resto de trabajadores.
