¡Sin atención primaria! Padres protestan por falta de pediatras en Madrid

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La pandemia ha agravado uno de los males endémicos de la Comunidad de Madrid: la falta de pediatras en atención primaria.

Algunos centros de salud han estado sin ningún pediatra durante meses y en otros apenas han quedado uno o dos; lo que dilata las citas de los pequeños entre una semana y quince días en caso de urgencia e imposibilita que se pasen las revisiones.

Ante esto, la Comunidad de Madrid ha anunciado este martes el Plan de Mejora de la Atención Primaria 2021-2023; que contempla tanto subidas salariales para los sanitarios como un aumento de las plazas.

En el caso de la pediatría las subidas de sueldo podrían llegar a los 700 euros y habrá 84 nuevas plazas destinadas a esta especialidad.

«Mi hijo tuvo una bronquiolitis en junio y no hubo pediatra para atenderle»; eso es lo que cuenta Ana, madre de un niño de 18 meses y de una niña de cuatro años.

Desafortunadamente, dice, ese episodio no es el peor que ha tenido que sufrir en su centro de salud; el de Adelfas, al lado de Pacífico.

«En agosto, el pequeño empezó con fiebres. Estábamos en la playa y nos vinimos porque nos dijeron que era laringitis; pero la fiebre de 39 o 40 no le bajaba, pasaron días y el niño tampoco orinaba. Fui al pediatra a pedir cita y de nuevo no había ninguno que pudiera atenderme», asegura esta madre a 20minutos.

Diez días con un niño con fiebre, sin orinar y sin pediatra que le atienda.

Finalmente, Ana tuvo que ir con su bebé a las urgencias del hospital Gregorio Marañón porque los SUAP; los servicios de urgencias de atención primaria, siguen cerrados.

Y fue allí donde consiguió que le atendieran, le hicieran pruebas y un cultivo de orina; el problema volvió cuando en el hospital le comentaron sería su pediatra el que la llamara para darle los resultados de estas pruebas.

Pero, después de varios días, en los que los resultados ya deberían estar, nadie la llamó. «Tuve que volver a urgencias tres veces para que lo sondaran», cuenta.

Al final, asustada porque el niño seguía sin orinar y nadie la informaba, Ana se presentó en el centro de salud.

«Conseguí, después de decir que mi hijo estaba mal, que me diera los resultados un médico de cabecera, porque no había pediatras; la doctora me dijo que el niño tenía una bacteria en la orina y que había que tratarla con antibiótico pero; como ella no era pediatra y era un bebé muy pequeño, no podía recetármelo».

Después de «ponerse como una fiera» con la doctora, consiguió que hablara con otro doctor, cuyo hijo es pediatra; para que este, sin conocer de nada al pequeño, le recetara el antibiótico.

«24 horas después estaba en urgencias, en el hospital, con el niño ingresado. Le tuvieron que cambiar la dosis», cuenta Ana.

En total, pasaron 10 días en los que ningún pediatra de la atención primaria pudo atender al niño «La bacteria se le podría haber ido al riñón; según me dijeron en urgencias, por haber esperado tanto», dice apenada esta madre.

«Estamos sometidos a esperas de una semana o quince días»

La historia de Ana es solo un ejemplo.

Haciendo un barrido por los distritos de Madrid, las asociaciones vecinales dan una buena panorámica de la situación de la pediatría en la Comunidad: En Carabanchel los centros tienen un solo pediatra por la mañana y otro por la tarde y las bajas no se cubren; en los centro de Puerta del Ángel debería haber seis y hay dos; en Villaverde llevan tanto tiempo con falta de pediatras que casi les parece un problema endémico; y en el Corredor del Henares dicen que; a veces, en algún ambulatorio, hay un pediatra, pero no siempre.

«Estamos sometidos a esperas de una semana, o de quince días. Nos dan la opción de que nos vea un médico de familia si el niño es mayor de siete años; o de ir directamente a urgencias. Y, al final, saturamos los hospitales con mocos, con constipados o con cosas leves que se podrían resolver en el centro de salud»; cuenta Elena, madre de un niño de dos años y otro de uno.

«Mi hijo tuvo una bronquiolitis en junio y no hubo pediatra para atenderle»

«Hace poco tuve que irme a urgencias con una urticaria de mi hija porque no había ningún pediatra en el centro de salud; y me da rabia porque las urgencias están saturadas, son muchas horas en un hospital; en una situación de Covid y hay niños muy malitos a los que tienen que atender.  Esto con una pomada en el centro de salud se arregla; pero es imposible que la atiendan», asegura Elena a 20minutos

Esto no se ha solucionado ni con la atención telefónica ni con la aplicación para pedir cita: «Es muy difícil que te cojan la llamada y la app te puede dar cita para dentro de dos semanas; así que la única manera que tienen de tener una atención más ágil ajustada a la problemática es plantándote en el centro de salud» se queja Julián, un padre de dos niños de 12 y 6 años.

Estos padres piden, primero, que se les entienda, para ellos, todo lo que le pasa a sus hijos, es grave; porque no saben a qué se enfrentan: «Si mi hijo tiene un dolor y no sé lo que significa hay que mirarlo ya; no me vale en 15 días, pero la pediatra del pequeño me dice que es imposible porque tiene 1400 niños y no da a basto», dice Julián a 20minutos.

Los pediatras doblan turnos para atender a los crónicos

Los padres y madres de la Comunidad de Madrid no se quejan de sus pediatras; saben que están haciendo un esfuerzo por atender a sus hijos, sino de que sean tan pocos: «Mi pediatra me dice que ha estado haciendo turnos de ocho de la mañana a ocho de la tarde por no dejar a los niños crónicos sin atender; hasta que no ha podido más. Dice que no hay pediatras porque los que hay están agotados, y que nadie quiere opositar porque las condiciones salariales son malísimas», asegura Ana.

«En mi centro de salud las bajas no se cubren, lo que genera muchísimas esperas; pero algunas pediatras se han ofrecido a doblar los turnos para no dejar a los niños sin atención pero las han dicho que no; porque la agenda no estaba tan mal», protesta Helena. «Además están todos los trámites: pelearte con la secretaria; con el médico, por teléfono, en persona, luchando para que un médico vea  tu hijo; y ves que está malito, con fiebre fatal y nadie soluciona nada..me da ansiedad», asegura Ana.

«No sé si tendrán que operar a mi hijo por no haber ido a una revisión»

Sin embargo; al final, las urgencias, contando sobre todo con la insistencia de los padres  y la colaboración de los hospitales, acaban siendo resueltas en la mayoría de los casos.

Para lo que esta falta de personal no deja espacio es para las revisiones de niño sano que pauta la Comunidad de Madrid y eso provoca que muchas enfermedades que se podrían prevenir; evitar o coger a tiempo, se agraven por la falta de detección temprana.

«Hay una revisión pautada a los seis años, pero cuando mi hijo los cumplió, en diciembre del año pasado; no hubo manera de hacerla. Se la hemos hecho ahora, aprovechando que tuvimos que ir al médico por un problema digestivo; ¿Qué ha aparecido ahora? Un principio de fimosis que hace un año se habría visto y se habría solucionado de forma rápida; ahora no sabemos si vamos a tener que operarle o no por no pasar esta revisión», se lamenta Julián.

«Es un gasto para el sistema y un daño para el niño que no habría tenido que ser operado; pero sobre todo es un problema para los padres, que tenemos que ser nuestros propios médicos, porque no hay nadie que haga esa tarea; esas revisiones, porque el servicio de sanidad no me está ayudando a resolver mis necesidades»; concluye Julián.

Pero Elena, que tampoco ha conseguido que le pasen la revisión a su hijo de dos años, recuerda que estas no sirven solo para detectar si un niño está enfermo, sino si está maltratado o malnutrido, algo que los padres no hacen.

«Nos hemos tenido que pasar a la privada por salud mental»

Ante esta situación, sin pediatra, sin revisiones y con la incertidumbre de si la sanidad pública podrá atender a sus hijos en caso de urgencia; son muchos los padres que se han planteado pasarse a la sanidad privada, para, al menos, acudir a ella en caso de necesidad.

«Nos están avocando a la privada porque si no tienes pediatra en la pública te resignas a pagarlo. Pero todos deberíamos tener el derecho a ser atendidos en la sanidad pública; y hay gente que ni siquiera se lo puede permitir tenemos derecho a la pública y porque hay gente que no se lo puede permitir.

En este caso, ni Elena ni Ana se han pasado a la sanidad privada, por pura «cabezonería», según cuentan a este medio.

Pero Julián ha tenido que hacerlo simplemente por «salud mental»: «Tener niños pequeños y pensar que no pueden recibir la atención que necesitan me da angustia, psicológicamente no me lo puedo permitir»; asegura este padre. Aún así, sabe que es «un privilegiado» porque se lo puede permitir; pero se «pone en la piel» de aquellos que no pueden y se imagina su incertidumbre.

Con información de 20 minutos

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