San Isidro sinónimo de fiesta, pradera, y rosquillas. No importa si son listas, tontas, de Santa Clara o francesas todas ellas tienen un público que en el tan especial para la capital.
A pesar de que este año las celebraciones que se llevaron a cabo por la crisis del coronavirus, los pasteleros de la Comunidad de Madrid no cesaron durante el día viernes en vender su producto estrella como cada 15 de mayo.
En un comunicado publicado por la Asociación de Empresarios y Artesanos del Sector de la Pastelería de Madrid (ASEMPAS), destacaron que las que suelen triunfar son las rosquillas listas, 50% de las ventas, y las que menos triunfan son las francesas con 10%.
El secreto de este maravilloso dulce es que no llevan y’s en su masa y tras el horneado se baña en un jarabe de azúcar y limón para volverse a bañar después de un glaseado de limón.
Según la tradición, una vendedora conocida como «Tía Javiera», fue la que dio la fama estos populares dulces, en poco tiempo empezaron a instalarse puesto también que ofrecía las famosas rosquillas durante las reconocidas fiestas de San Isidro.
