Las mujeres en América Latina y el Caribe sufren mayores niveles de desnutrición que los hombres, alertó este lunes la FAO, que pidió garantizar políticas que promuevan la igualdad de género y procesos de empoderamiento de esta población para contribuir a su autonomía económica.
«En Mesoamérica, así como en toda la región de América Latina y el Caribe, las mujeres sufren en mayor porcentaje las dos caras de la malnutrición: por una parte, el hambre; y por otra, el sobrepeso y la obesidad», indicó la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en una declaración pública fechada en Panamá.
El ente de las Naciones Unidas explicó que el más reciente informe sobre el Panorama de la Seguridad Alimentaria en la región «muestra una prevalencia de inseguridad alimentaria en las mujeres de la región de Mesoamérica de 13,6 %, versus 11,3 % en el caso de los hombres, para el período 2017-2019».
En todos los países de América Latina y el Caribe, indicó la FAO, «el sobrepeso en las mujeres es mayor que en los hombres, y en 19 países, la diferencia es al menos de 10 puntos porcentuales».
«Las mujeres experimentan la coexistencia de la desnutrición y al mismo tiempo el sobrepeso y obesidad con consecuencias directas en la prevalencia de enfermedades no transmisibles relacionadas a la dieta», dijo la especialista en género de la oficina de FAO para Mesoamérica, Verónica Chicas.
Es por ello que se hace «necesario entender mejor la relación entre el funcionamiento de los actuales sistemas alimentarios y cómo influyen estos en los mayores niveles de malnutrición en niñas, jóvenes y adultas», agregó la funcionaria.
La raíz de esta situación es la desigualdad económica, de allí que la FAO busque contribuir a la disminución de las brechas de género en distintos niveles, trabajando, por ejemplo, en coordinación con los gobiernos para promover que las políticas, programas y proyectos se implementen con una perspectiva de igualdad de género.
También para el empoderamiento y reactivación económica de las mujeres rurales e indígenas, así como su fortalecimiento con competencias de planificación, empresariales y de negocios para contribuir a su autonomía económica personal, familiar y para que cuenten con elementos que les permitan ser más capaces de participar efectivamente en la economía local y nacional.
En ese sentido y en el marco del Día Internacional de la Mujer que se conmemora este 8 de marzo, la FAO destacó que promueve una campaña sobre el rol clave de las mujeres en una reactivación inclusiva y transformadora de los sistemas alimentarios.
Ello, «con el objetivo de visibilizar que la transformación de los sistemas alimentarios es también una cuestión de igualdad de género: las marcadas desigualdades experimentadas por mujeres y niñas son tanto una causa como un resultado de sistemas alimentarios insostenibles, acceso injusto a los alimentos, consumo y producción», dijo el ente de la ONU.
Entre otros, esta campaña «plantea que es necesario repensar el papel de las mujeres como productoras y consumidoras, con especial atención ante el cambio climático, instando a observar cómo las respuestas de las mujeres al cambio climático fortalecen la resiliencia de los sistemas alimentarios», afirmó la FAO.