El Gobierno francés ha constatado que la incidencia del coronavirus ha dejado de bajar desde hace cinco días e incluso repunta y teme que, como ha ocurrido en el Reino Unido a causa de la variante delta, haya una nueva ola epidémica «desde finales de julio».
La advertencia la lanzó este domingo el ministro de Sanidad, Olivier Véran, que en su cuenta de Twitter dijo que esa oleada se puede contener y «limitar el impacto sanitario» con las medidas de protección sanitaria, con la vacunación y con el dispositivo de pruebas.
Véran insiste en que las vacunas reducen el riesgo de una forma grave de la enfermedad incluso con la variante delta y en que las personas inmunizadas son menos contagiosas.
Por eso pide a la población que se vacune porque «lo que se juega en nuestro país es una carrera contrarreloj».
El ministro explicó que esta semana se han administrado 4,1 millones de dosis de la vacuna. Hasta el sábado, habían recibido al menos una primera inyección 34.487.745 personas, un 51,2 % de la población francesa.
Un total de 24.267.095 personas tenían ya finalizado el protocolo de vacunación, es decir un 36 % de la población.
El sábado bajó el número de hospitalizados por covid en Francia del umbral de los 8.000 (7.912) por primera vez desde el 10 de octubre del pasado año y también disminuyeron los internados en las unidades de cuidados intensivos (a 1.102, 21 menos que la víspera).
También disminuyeron algo las muertes (17 en 24 horas, tras las 24 comunicadas el viernes).
Sin embargo, hubo un incremento de los contagios, con 3.006, cuando en los días anteriores las cifras estaban por debajo de los 2.500.