Historia real detrás de ‘Sin aliento’, la tragedia de la buceadora Audrey Mestre

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Foto: Cortesía

La historia real detrás de ‘Sin aliento’. El 12 de octubre de 2002 quedó marcado en el calendario de las tragedias del deporte profesional. La buceadora de apnea Audrey Mestre perdía la vida. En un concatenación de errores humanos que desembocaron en su ahogamiento en mitad de una competición.

La muerte sobrevino a la joven mientras intentaba superar el récord del mundo en la modalidad Sin Límites. Que provocó que descendiera a pleno pulmón a 171 metros de profundidad.

Ahora, la historia de la deportista francesa es recogida en Sin aliento, una nueva película de Netflix. El director David M. Rosenthal (Jacob’s Ladder) plasma en este título los grandes hitos en la carrera de Mestre y sus conflictos personales. Que muchos apuntan como responsables de su fallecimiento prematuro, con tan solo 28 años. 

Una mujer de récord en apnea

Audrey Mestre nació el 11 de agosto de 1974 en Saint- Denis, una localidad cercana a París. Su familia siempre estuvo ligada a la pesca submarina y la joven aprendió desde bien pequeña natación, por lo que a los 16 años recibió la licencia de buceadora recreativa. Después se trasladó a México, donde estudió la carrera de Biología Marina y conoció al célebre apneísta cubano Pipín Ferreras. Como parte de su tesis doctoral y su estudio sobre el funcionamientos de los pulmones bajo el mar. 

Mestre quedó prendada de Pippin, al que conoció en Cabo San Lucas (México), en una inmersión de buceo libre. La joven pronto se convirtió en una buceadora auxiliar en su equipo y comenzó a entrenar junto al cubano. Mientras la llama del amor se despertaba entre ellos. 

Durante los siguientes años, Mestre consiguió labrarse un nombre propio en el mundo de la apnea, donde batió varios récords. En 1997 se sumergió a 80 metros en la Islas Caimán, mientras que en 2000 descendió hasta los 125 metros en La Palma (España). Unas participaciones individuales a las que se sumaban sus colaboraciones en categorías mixtas junto a Pipín y la buceadora Karoline Dal Toe.

A comienzos de 2002, la apneísta gala se sumergió en Fort Lauderdale (Florida, EE UU). Hasta los 130 metros de profundidad, en un tiempo récord de 1 minuto y 56 segundos. Una cifra que provocó que fuera la quinta persona en el mundo en realizar una inmersión tan rápida. Sin embargo, Mestre encontró una competidora a su altura. La estadounidense Tanya Streeter, quien le arrebató su récord al llegar a los 160 metros de profundidad. Un hecho que provocó que la francesa quisiera superarse a sí misma y encontrara la muerte por el camino. 

171 metros y una muerte horrible

Mestre quiso demostrar su valía y su tesón para alcanzar una nueva marca histórica en la modalidad femenina de Sin Límites. Demostrando que era más que capaz durante los entrenamientos previos. Sin embargo, una serie de errores humanos provocaron que la joven perdiera la vida en octubre de 2002, en plena competición. 

La categoría de Sin límites se caracteriza porque el apneísta desciende y asciende con el método que decida. Por lo que normalmente se baja con trineo o lastres y se asciende con un globo o chaleco con aire comprimido. Mestre descendió fácilmente los 171 metros, pero cuando la buceadora accionó el mecanismo del globo, este no funcionó. 

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Un segundo intento fallido provocó que el buceador auxiliar, Pascal Bernabé, se pusiera en marcha, intentando subir con ella a la superficie lo más rápido posible. Sin embargo, este podía morir en el acto si ascendía demasiado rápido, debido a la descomprensión. 

Este trastorno que afecta al nitrógeno de la sangre provocó que en el ascenso tuviera que realizar varias paradas técnicas y no encontrara en su puesto al otro buceador auxiliar. Quien pensó que se había abortado el descenso y abandonó su puesto. Pipín se lanzó a por su mujer, pero ya era demasiado tarde. La joven fallecía ahogada después de pasar 8 minutos y 41 segundos en el agua, en una bajada que debería haber durado 3 minutos. 

Una muerte señalada como un posible crimen pasional

La falta de aire en el globo, la ausencia de buceadores auxiliares suficientes un equipo médico de reanimación inadecuado originaron rumores sobre la negligencia del equipo de Pipín. Además, Pascal respondió a las críticas que señalaron que no había compartido el oxígeno de su bombona con Audrey. Un acto que se producía debido a que los pulmones le podrían haber explotado a la joven al recibir oxígeno a tan baja profundidad, repentinamente. 

Por su parte, Pipín siempre echó balones fuera y escribió su historia en el libro En el abismo azul: una historia de amor y obsesión. Que recibió como respuesta la propia versión de su socio Carlos SerraEl último intento: la verdadera historia de la campeona de apnea Audrey Mestre. Una obra en la que habló de las peleas entre Ferreras y Mestre. 

Serra también señaló los celos de Pipín hacia los hitos de su pareja y su posible implicación en la muerte de Mestre. Señalándola como un presunto crimen pasional, puesto que Pipín fue el que comprobó el aire en el globo. Un hecho que Sin aliento también ha dejado caer. 

Ahora, el filme de Rosenthal cambia todos los nombres y fechas para evitar posibles represalias legales de Pipín Ferreras. Quien ya denunció públicamente el documental de ESPN No Limits, debido al reflejo que se mostraba de sí mismo. 

Sin embargo, Pipín ya había participado en un proyecto cinematográfico. Un filme rodado por el cineasta estadounidense James Cameron, gran enamorado de las profundidades del mar. El director de Titanic grabó al buceador un año después de la muerte de Audrey, quien descendió los 171 metros que su esposa intentó alcanzar. Considerado por muchos como una gran demostración de amor y un homenaje a la figura de Mestre, otros tantos vieron en este descenso la prueba de lo sobrado que era.

Con información de 20 minutos

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