La violación de una mujer enfrente de sus hijos ha causado indignación en Pakistán, donde se produjeron protestas en contra de la Policía, que pareció culpar a la víctima por viajar sola, informa Aljazeera.
Este domingo, un hombre se entregó a las autoridades para alegar su inocencia de la violación grupal, que tuvo lugar el pasado miércoles. Ese día, una mujer en Punyab, al noreste del país, fue sacada de su automóvil y violada frente a sus dos hijos mientras esperaba ayuda en la autopista tras quedarse sin gasolina.
Mientras la mujer, cuya identidad no ha trascendido, esperaba ayuda, varios individuos se acercaron a su vehículo, rompieron la ventana y a punta de pistola la obligaron a parquear a un costado de la carretera, para luego llevarla junto a sus hijos hasta un bosque cercano, donde la violaron.
Luego del ataque, los hombres huyeron del lugar llevándose dinero en efectivo y joyas de la victima por un valor aproximado de 100.000 rupias (600 dólares).
Aftif Nazeer, jefe del ala de investigación criminal de la Policía de Punyab informó del arresto de un sujeto luego de que rastrearan registros telefónicos y recolectaran evidencia forense de la escena. Sin embargo, medios locales publicaron que el implicado se entregó voluntariamente para supuestamente demostrar su inocencia.
Lo ocurrido y el manejo de la investigación causaron indignación y protestas en el país. Los manifestantes exigen el despido de Omar Sheikh, el principal investigador policial asignado al caso, quien, según los informes, señaló que la víctima había obrado mal y cuestionó sus razones para viajar a altas horas de la noche sin un acompañante masculino adulto y por no revisar que su automóvil tuviera suficiente combustible para el viaje.
Varios cientos de manifestantes se congregaron en la capital del país, Islamabad, para pedir justicia por lo ocurrido. «Es muy simple, este tipo de sucesos no son muy nuevos, el problema es que en lugar de atrapar a los delincuentes o atrapar a los perpetradores, siempre culpamos a las víctimas», manifestó Aleena Alvi, una de las participantes en la protesta.