El actor Miguel Herrán saltó al estrellato internacional cuando apareció en la serie La Casa de Papel, transmitida por Netflix. Ahora el joven intérprete ha hablado para ICON sobre como la fama ha transformado si vida de manera negativa hasta el punto de afectar su salud mental.
Miguel ganó un Goya a la edad de 19 años y ahora su carrera se ha catapultado de la mano de ‘La casa de papel’ y ‘Élite’, siendo conocido en el mundo entero y con un ejército de fieles de más de 14 millones de seguidores.
Antes de aparecer en las grandes producciones de Netflix el propio actor ha afirmado que se veía a sí mismo como un “verdadero hijo de puta”. Asimismo, ha desvelado algunos detalles sobre su lado más oscuro: “Tuve una manera de ser bastante cabrona y de momento tengo miedo de contarlo, porque hice cosas de las que no me siento orgulloso”, ha comentado durante en la entrevista.
Herrán también ha explicado que durante una etapa de su vida se arrepiente de cómo trataba a las personas y de cómo se trataba a sí mismo con una mentalidad que ha tildado como “autodestructiva”.
Herran ha mostrado su lado sensible tanto en la pantalla cómoda detrás de ella: “He notado que la gente piensa que mi vida es la polla, que me follado a Ester Expósito y a Úrsula Corberó, y que no me puedo quejar. El dinero no me ha hecho feliz, me ha quitado bastante felicidad y me ha dado más preocupaciones que cuando no lo tenía. Me ha hecho más ambiciosos. El dinero me ha ensuciado como persona, no lo valoro. En el resto sigo igual o peor”, ha afirmado tajantemente.
El actor también habló sobre la vigorexia, trastorno psicológico que genera una fijación obsesiva con la forma y aspecto del cuerpo. Estas personas tienen una visión distorsionada de sí mismos en la que se ven poco atractivos y por ello incide directamente sobre su conducta alimentaria, sus hábitos de vida y se caracteriza por realizar una actividad física extrema. El actor propio ha explicado en tono de humor que sus amigos con su “barriga” y “diez cervezas” son más felices que él.