El papa emérito Benedicto XVI falleció este sábado 31 de diciembre, a los 95 años de edad, según ha confirmado la Santa Sede en un comunicado.
Fue elegido como sucesor del papa San Juan Pablo II el 19 de abril de 2005 y tras ser el máximo líder de la Iglesia católica durante casi ocho años dimitió. Convirtiéndose así en el primer papa en renunciar a la silla de San Pedro en casi 600 años y en el octavo en hacerlo en toda la historia. Según la Agencia Católica de Informaciones.
Benedicto XVI, bautizado con el nombre de Joseph Ratzinger, nació el 16 de abril de 1927 en Baviera, Alemania. A los once años ingresó en el seminario y poco después fue obligado a inscribirse en las Juventudes Hitlerianas. Cinco años más tarde combatió en la Segunda Guerra Mundial en una unidad antiaérea. Posteriormente, continuó sus estudios de teología y filosofía en el ateneo de Múnich y en 1951. Se ordenó como sacerdote, según la biografía publicada por el Vaticano.
Se desempeñó como profesor de teología dogmática en la Escuela Superior de Freising y posteriormente trabajó en las Universidades de Bonn, Münster y Tübingen. Poco a poco empezó a darse a conocer en la iglesia hasta el punto de que sus trabajos sobre el Concilio Vaticano II maravillaron al papa Pablo VI y en 1977 lo nombró Arzobispo de Múnich.
Doctrina de la Fe
Años más tarde San Juan Pablo II le otorgó el título de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Equivalente a la antigua Santa Inquisición. Para ese entonces, Ratzinger ya había abandonado los ideales progresistas que lo habían caracterizado y poco a poco se fue tornando más conservador. De hecho, tuvo fama de defender sus posturas ortodoxas con mano de hierro.
Heredó el trono de San Pedro el 19 de abril de 2005 a los 78 años de edad, tan solo dos días después de la muerte de Juan Pablo II. Lo que convirtió su elección en una de las más rápidas de la historia. Sin embargo, su reinado no duraría demasiado tiempo. Ya que en el año 2013 presentó su renuncia y argumentó que su decisión se debía a que no se encontraba bien de salud.
«Para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio es necesario el vigor tanto del cuerpo como del espíritu. Vigor que en los últimos meses. Ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer el ministerio que me fue encomendado«, expresó.
Tras llegar al papado, este guardián de la ortodoxia fue apodado como el «rottweiler de Dios». Puesto a que desde que era cardenal criticó e incluso llegó a sancionar a sacerdotes y obispos latinoamericanos que promovían la teología de la liberación, de influencia marxista. Sin embargo, tras anunciar su renuncia L’Osservatore Romano, el periódico del Vaticano. Lo calificó como «un pastor rodeado de lobos» que se enfrentó a numerosos retos durante su pontificado.
Entre estos desafíos destacaron el aborto, la libertad sexual y la creciente descatolización del mundo. Sin embargo, probablemente el más grande de los problemas a los que se enfrentó fueron los numerosos casos de pederastia que salieron a la luz dentro de la iglesia católica. Además de la traición de su mayordomo y de los casos de corrupción en el Banco Vaticano.
Escándalos dentro y fuera de los muros leoninos
El escándalo dentro de la Iglesia se hizo aún mayor tras conocerse que algunos prelados habían tomado la decisión de ocultar los casos de pederastia en lugar de denunciarlos. De hecho, el propio Benedicto XVI fue acusado de no haber tomado las acciones necesarias cuando fue prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
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Dentro del Vaticano los escándalos tampoco cesaron ya que, en 2012, Ettori Gotti Tedeschi, presidente del Banco Vaticano. Amigo de Benedicto XVI y conocido en los medios como ‘el banquero de Dios’. Fue removido de su cargo por presuntas irregularidades relacionadas con blanqueo de capitales. Por su parte, Paolo Gabriele, mayordomo del papa emérito fue condenado a 18 meses de cárcel por haber robado documentos del pontífice en el marco de lo que fue denominado como el escándalo Vatileaks.
Últimos tiempos en el monasterio
Durante los últimos tiempos el papa emérito vivió en condiciones de salud muy frágiles. Antes de Navidad, Francisco se refirió a Benedicto XVI como «un santo, un hombre de gran vida espiritual». Además, expresó que lo visitaba a menudo. Que su mirada transparente lo edificaba y que a pesar de que hablaba con un hilo de voz se encontraba completamente lúcido y era capaz de seguir una conversación.
Benedicto XVI vivió los últimos años de su vida en el monasterio vaticano de calusura «Mater Ecclesiae». Donde se retiró pocos meses después de haber presentado su renuncia. En los últimos años, su secretario privado, el arzobispo Georg Gänswein. Dijo que el papa emérito solía rezar, leer, escuchar música y recibir visitas. Pero destacó que físicamente era como «una vela que se apagaba lenta y serenamente», según recordó el Corriere della Sera.
Hace tan solo unas semanas Benedicto XVI manifestó su intención de defenderse de unas acusaciones en las que se afirmaba que el pontífice tuvo una «conducta errónea». Cuando presidió la diócesis bávara, de 1977 a 1982. La denuncia fue presentada ante el tribunal provincial de Traunstein, en Baviera. En relación al informe realizado por el bufete de abogados Westpfahl Spilker Wastl sobre los casi medio millar de casos de abusos perpetrados en la Iglesia de Múnich. Concretamente, se le acusó de no haber actuado en «cuatro» de los 497 casos, según explica el citado diario italiano.
Arquidiócesis
El papa emérito respondió a las acusaciones de pederastia en la iglesia alemana con una carta difundida el 6 de febrero de 2022 en la que expresó que. A pesar de que solo pudo liderar el arzobispado de Munich por poco tiempo, él seguía perteneciendo en el fondo a la arquidiócesis.
Las últimas fotografías que se difundieron de Benedicto XVI. Corresponden a la visita que recibió a principios de diciembre por parte de los dos académicos ganadores del premio Ratzinger de estudios teológicos de este año. En ellas, se aprecia la delgadez y fragilidad que caracterizaron al papa emérito durante sus últimos meses de vida.
Para muchos, Benedicto XVI pasará a la historia por ser el primer papa tuitero. Un teólogo brillante que durante su pontificado luchó por destapar los abusos cometidos en la Iglesia. Sin embargo, otros lo recordarán por haber sugerido que el islam era intrínsecamente violento y por haber rehabilitado a un negacioncita del Holocausto.
Con información de 20 minutos
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