Las tenistas Garbiñe Muguruza y Paula Badosa, ahora son consideradas como la nueva pareja de oro del tenis femenino español.
La historia reciente del deporte español debe muchas de sus páginas de gloria al tenis; especialmente a los éxitos de la Armada liderada por Rafael Nadal, haciendo soñar a un país que contenía la respiración en cada match point.
Dos décadas de triunfos de las mejores raquetas masculinas han proyectado su sombra sobre el tenis femenino nacional; que durante todos estos años ha esperado, paciente; la aparición de una nueva generación capaz de llenar el vacío dejado por dos mujeres que tocaron el techo del circuito: Conchita Martínez y Arantxa Sánchez Vicario.
Ahora, 21 años después de la mítica década de los noventa, la paciencia y el esmero del tenis femenino para recuperar el aura vencedora han dado sus frutos. Garbiñe Muguruza y Paula Badosa se han colado entre las ocho mejores del año, logrando un billete para las WTA Finals de Acapulco; hito que no sucedía desde el año 2000, cuando las dos leyendas españolas antes mencionadas –cuyos nombres brillan en el Salón de la Fama del Tenis Internacional– disputaron el torneo de Maestras en Nueva York.
Tenis que sigue inspirando
Aquel dúo, temido en las pistas más prestigiosas del mundo, llevó en volandas al equipo español en la consecución de los cinco títulos de Copa Federación entre 1991 y 1998. Y hoy, 20 años después, su tenis sigue inspirando a una nueva generación dispuesta a cargar con la responsabilidad de convertirse en el esperado relevo.
El listón de Conchita y Arantxa está alto, cerca de 150 títulos entre las dos –algunos de ellos levantados formando un binomio de época, como la plata en Barcelona ‘92 o el bronce de Atlanta ‘96–; además de hitos impensables en aquellos años del deporte español como los tres Roland Garros de Arantxa o el título de Wimbledon de Conchita. Pero si alguien puede asumirlo es esta nueva generación que ya se ha hecho hueco entre las grandes tenistas del momento.
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Garbiñe Muguruza, discípula precisamente de Conchita Martínez, ya cuenta con los trofeos de Wimbledon y Roland Garros en su vitrina. Y Paula Badosa, quien fue seleccionada por la actual entrenadora de la hispano-venezolana para disputar la Copa Federación de 2014 con tan solo 16 años; ha conquistado sus dos primeros títulos WTA (el 250 de Belgrado y el Masters 1000 de Indian Wells); escalando al décimo tercer puesto del ranking en una temporada que arrancó siendo la número 70.
Un reto más complejo
Con la referencia de Conchita y Arantxa, y el legado que deja la última leyenda española del circuito, Carla Suárez; las dos tenistas afrontan el reto aún más complejo de recoger el testigo de una generación de hombres que se consume lentamente a la espera de un prematuro Carlos Alcaraz.
En poco más de dos semanas Muguruza y Badosa repetirán en Guadalajara la foto de Conchita y Arantxa en Nueva York; pero con el aliciente de hacerse con el único título, junto al US Open, que nunca ha sido conquistado por una tenista española. La experiencia de Muguruza en las ediciones de 2015, 2016 y 2017, y la ilusión de la primera vez de Badosa; que llega pletórica tras vencer a Azarenka en California, serán cruciales en un torneo en el que no comparecerá la favorita; la número uno Ashleigh Barty.
El futuro es una incógnita, pero el presente está asegurado con dos raquetas que invitan a soñar con una nueva era de oro de tenis español.
Con información de 20 minutos
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