Decenas de estudiantes, padres y profesores se concentraron este domingo frente a la Cámara de los Diputados de Italia para protestar contra el cierre de las escuelas en varias regiones del país a partir del lunes, como parte de las restricciones para controlar los contagios, y que afecta a unos 7 millones de alumnos.
El Gobierno italiano aprobó el viernes un decreto para endurecer las medidas de prevención de contagios desde el 15 de marzo y hasta el 6 de abril, y que entre otras cosas impone el confinamiento blando para todas las regiones que tengan una incidencia semanal de 250 contagios por cada 100.000 habitantes.
Desde el lunes diez regiones y la provincia autónoma de Trento estarán en confinamiento, una medida que afectará a unos 40 millones de italianos, y que mantendrá escuelas y negocios no esenciales cerrados, aunque se podrá salir a la calle por motivos de trabajo, salud y necesidad, y las fábricas permanecerán abiertas.
La medida obliga a unos siete millones de estudiantes de todas las edades a quedarse en casa y realizar las lecciones a distancia, un problema para las familias que trabajan.
La mitad del país estará desde el lunes en este confinamiento, mientras que en el resto se aplicarán restricciones de nivel intermedio: las escuelas estarán abiertas pero los estudiantes de secundaria podrán ir a clase sin superar el 75 % del aforo.