Ayer domingo 2 de mayo, se conmemoró el levantamiento del pueblo madrileño contra la invasión francesa, se celebra la última jornada de campaña de cara a las elecciones del 4-M. Si algo ha marcado esta contienda electoral, más allá de las circunstancias sanitarias, ha sido la crispación y la tensión entre los candidatos.
En estas dos semanas de campaña oficial, los ciudadanos han sido testigos de un continuo cruce de reproches y descalificaciones entre los candidatos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, que ha ido en aumento y que ha transformado el significado de la contienda electoral. La tensión y la crispación han marcado el día a día de una batalla que se ha alejado de los programas y las propuestas.
Crispación en la batalla por la libertad
Y es que las promesas de los candidatos han sido eclipsadas por los ataques entre los bloques de izquierda y derecha, especialmente entre el PP y Vox y Unidas Podemos. A este ambiente ya caldeado se han sumado las cartas amenazantes dirigidas a políticos como el candidato de la formación ‘morada’, Pablo Iglesias, los ministros de Interior e Industria, Fernando Grande-Marlaska y Reyes Maroto, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, o el ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con balas incluidas.
También se han sucedido las batallas en los tribunales y ante la Junta Electoral, en casos como la expulsión de la lista del PP del ex dirigente de Ciudadanos, Toni Cantó por empadronarse fuera de plazo en Madrid, así como por denuncias de uso electoralista de las instituciones, o el cartel xenófobo de Vox señalando a los menores extranjeros no acompañados (menas), entre otros. Ese ambiente se ha trasladado a las calles, ya que en algunos mítines de los partidos se han sucedido protestas que han terminado con graves disturbios.
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Las encuestas han mostrado esa profunda división entre los bloques de izquierda y derecha, aunque en su mayoría, han apuntado a una holgada victoria de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que previsiblemente necesitará a Vox para superar el umbral de la mayoría absoluta. Además, estas urnas podrían suponer la desaparición de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid, justo después de haber formado parte del ejecutivo regional, lo que provocaría una crisis sin precedentes en la formación ‘naranja’. En el bloque de la izquierda, el PSOE pasaría de ganar las útimas elecciones a una segunda posición, con el temor de un ‘sorpasso’ por parte de Más Madrid, mientras Podemos lograría ‘salvar los muebles’.
Conscientes de la movilización del electorado de derechas, los partidos de izquierdas han tratado de centrar su campaña en convencer a sus ‘parroquianos’ para acudir a las urnas. En ambos casos, estas elecciones se han presentado como una batalla por la libertad, en el caso de la derecha frente al «comunismo» y en el caso de la izquierda, frente al «fascismo y la extrema derecha».
Este domingo tendrá lugar el último asalto, con los actos de cierre de campaña de los candidatos: Isabel Díaz Ayuso, Ángel Gabilondo, Mónica García, Edmundo Bal, Pablo Iglesias y Rocío Monasterio, que arropados por sus formaciones políticas» pedirán una vez más el voto a los madrileños, ante el fantasma de la abstención, debido en parte a la situación sanitaria.
Será el martes, cuando se resuelvan todas las incógnitas sobre el futuro, no solo de la política madrileña, sino del tablero político nacional, ya que si bien los resultados no tienen por qué ser representativos de lo que ocurriría en unas elecciones generales, podrían provocar importantes cambios en los partidos, que se han volcado en la campaña del 4-M.
Con información de DiarioCrítico.
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