Primer día y llega la primera alegría: 17 años, una sonrisa permanente y una medalla de plata olímpica, definen a la perfección lo que es Adriana Cerezo, la primera deportista en conseguir un metal para la delegación española en los Juegos de Tokio 2020.
La taekwondista madrileña, que compite en la categoría de -49 kilos, apenas lleva un año compitiendo en categoría absoluta y ya puede presumir de ser campeona de Europa y subcampeona olímpica. Dos éxitos al alcance de muy pocos y que ya la sitúan como una de las grandes potencias del taekwondo nacional e internacional.
Cada vez que sonaba su nombre por la megafonía del Makuhari Messe, la deportista española aparecía con una inmensa sonrisa que presagiaba que algo bueno iba a pasar. Ni la número dos del mundo y subcampeona olímpica en Rio 2016, ni la séptima del ranking, ni la número tres lograron intimidar a una Adriana que tenía claro su objetivo. Ella venía a por una medalla y una medalla se llevó.
Su desparpajo, su juventud y sus ganas de completar la faena le llevaron a tomar la iniciativa desde el momento en el que pisó el tatami para disputar la final. Sin embargo, un “trunk” de la tailandesa Panipak Wongpattanakit a falta de siete segundos para el final le dio la vuelta al marcador (11-10) y le privó a la española de subirse al primer escalón del podio.
De esta forma, Adriana Cerezo se convierte en la taekwondista más joven de la historia en colgarse una medalla en unos Juegos Olímpicos. El taekwondo español tiene el futuro asegurado.
Con información de MadridDiario |
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