Protesta contra las dark kitchen en Cibeles

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La casa de Alicia Valiente, residente en el barrio de Prosperidad, huele a especias de forma constante. No por voluntad propia, sino por las cocinas industriales bajo su vivienda en las que se preparan recetas étnicas. «Tenemos un olor a comida prácticamente permanente», se queja. En su edificio, con salida a las calles Suero de Quiñones y General Zabala, se asientan hasta ocho dark kitchen, aunque no todas se encuentran operativas. A un vecino que la ha acompañado a la protesta contra las multicocinas frente al Palacio de Cibeles este jueves le preocupa más el ruido: «A la instalación del aire acondicionado que tienen yo la llamo el aeropuerto, porque sopla como si fuera un Boeing».

Ambos han participado este jueves en la concentración contra las cocinas fantasma que ha convocado la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid frente a la sede de la Alcaldía. Allí se han dado cita varios afectados por este fenónemeno que ya se contabiliza en ocho zonas residenciales de la capital. El Ayuntamiento cifra en cuatro las multicocinas operativas, más una quinta que lo estará en breve y cinco más que esperan la licencia de funcionamiento. Sin embargo, la Fravm asegura tener constancia de una veintena.

Su presidente, Quique Villalobos, aclara que su postura «no es contraria a la de esta actividad económica, pero queremos que se ubique allí donde no afecte a los vecindarios». Por ello, han presentado ante el Consistorio una denuncia en la que reclaman que se acometa con carácter de urgencia las oportunas inspecciones de los locales que citan y se adopten las decisiones que procedan en materia disciplinaria. Además, piden esto «sin perjuicio de la necesaria puesta al día de la normativa urbanística y medioambiental» que regula estos negocios.

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En José Calvo,10 se concentra el mayor número de cocinas fantasma de la ciudad. Se abrieron al finalizar el verano en una nave de 800 metros cuadrados y de ella salen pedidos de comida a domicilio desde las 12 de la mañana hasta la una de la madrugada. Así lo traslada Santiago Navas, vecino del inmueble, quien padece «el ruido y los olores muy fuertes» que expele la chimenea. También se queja de los humos asociados: «En los cristales se nota cuando vas a limpiarlos que hay carbonilla», comenta.

Asimismo, también identifica como otro de los problemas que emanan de esta actividad las dificultades a la movilidad que genera. «Son tantísimos los riders que no tienen bastante con los 20 metros reservados a la carga y descarga y ocupan también la plaza de minusválidos, las puertas de los garajes colindantes y las aceras».

Mismas molestias temen sufrir los vecinos de la calle San Bernardino, 20, en el distrito Centro. Thiago Moreira, uno de ellos, cuenta que el supermercado de debajo de su casa se ha transformado en siete cocinas industriales. Según sus pesquisas, «entrarán en funcionamiento en dos semanas». La comunidad de propietarios se ha anticipado a esto y ya ha decidido contratar servicios de peritos, arquitectos y abogados para que «lleven a cabo estudios que nos permitan tomar acciones».

La Fravm tiene localizadas dark kitchen en Tetuán (Araucaria 19 y José Calvo, 10), Arganzuela (Alejandro Ferrant, 8), Chamartín (Canillas, 18, Suero de Quiñones ,11 y Mantuano, 4), Centro (San Bernardino, 20) y Puente de Vallecas (Felipe Fraile, 5). Ya ha sido anunciada la apertura de otras cuatro adicionales. En varias de ellas, la Federación ha detectado que se supera la superficie máxima autorizable para uso industrial, que no cuentan con plaza de carga y descarga en el interior, que superan el fondo edificable de 18 metros o que operan con una declaración responsable.

Con información de MadridDiario.

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