La nueva ‘Covid 22’ cómo puede diferenciarse de la original. La séptima ola de la pandemia del coronavirus ya está instalada en España de la mano de dos subvariantes de ómicron. BA.4 y BA.5, responsables de la curva ascendente de contagios en estas últimas semanas; tal y como muestran los datos del Ministerio de Sanidad.
Sin embargo, estos sublinajes del virus presentan en las personas infectadas (y vacunadas) un comportamiento distinto respecto de la variante ómicron original. Lo que ya hace hablar a los expertos de una nueva enfermedad, bautizada como Covid-22.
Así se refería esta semana el director general del Servicio Madrileño de Salud (Sermas), Antonio Zapatero. «Es una enfermedad causada por un virus distinto, provocada por mutaciones diferentes al original, por lo que tiene también un resultado clínico distinto».
Para el doctor Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología, «a día de hoy, el SARS-CoV-2 produce una infección viral. Como si se tratara de un catarro, y menos agresivo», sostiene en una entrevista en Guías de Salud.
Estas son las principales claves que hay que tener en cuenta sobre esta vieja ‘nueva’ enfermedad que vuelve a repuntar en España a las puertas de las vacaciones de verano.
Por qué hay tantos contagios
La explosión de positivos en las últimas semanas viene amparada por los datos que facilita el Ministerio de Sanidad: desde el 10 de junio. La incidencia acumulada en los últimos 14 días en personas mayores de 60 años ha escalado de los 589 casos por cada 100.000 habitantes a los 996 del pasado viernes; el último día del que se dispone de cifras oficiales.
Este incremento se explica, según Sanidad; en la mayor capacidad que BA.4 y BA.5 tienen para evadir parcialmente la respuesta inmune generada por las vacunas y la infección previa; de ahí las infecciones (y reinfecciones) en personas vacunadas incluso con las tres dosis.
Para Sanidad, la probabilidad de que estas subvariantes «se impongan al resto de linajes circulantes en este momento se considera muy alta»; explican en un reciente informe. Además, señalan que «BA.5 es el que presenta un mayor ritmo de expansión», de acuerdo con los datos derivados de la vigilancia genómica.
Aunque estas formas más supercontagiosas del virus disparan las infecciones, y en consecuencia también los ingresos hospitalarios. No ocurre lo mismo con los casos más graves o los fallecidos.
«Tienen una mayor transmisibilidad, pero una menor gravedad en relación a etapas anteriores». Apuntaba esta semana la ministra de Sanidad, Carolina Darias.
La presión hospitalaria ha subido en una semana del 6,3 al 8,3%, con 10.249 ingresos (2.456 más que la semana pasada). Mientras que en las ucis el incremento ha sido de un punto, al pasar del 4 a 5,06%. Un dato que las autoridades sanitarias siguen considerando de «estabilización».
La diferencia respecto a la sexta ola, la del pasado invierno, queda patente al comparar los casos más graves. Si en aquel momento las unidades de cuidados intensivos tenían más de 1.300 críticos, ahora esa cifra es de 449. Por lo que la gravedad de los casos sigue siendo menor.
La ola ‘invisible’
Esta séptima ola de coronavirus es apodada por muchos como la ola ‘invisible’ o ‘silenciosa’. Ya que los datos que notifica Sanidad, aunque reflejan ese repunte, no muestran una fotografía real de la incidencia en España.
Desde finales de marzo, las comunidades autónomas solo recogen en sus estadísticas la incidencia acumulada en mayores de 60 años. Por lo que las infecciones que se producen en el resto de la población escapan a este sistema de vigilancia de la Covid; y tampoco aparecen reflejadas en las actualizaciones del Ministerio.
Cuáles son los síntomas
El cuadro sintomático de BA.4 y BA.5 también guarda diferencias respecto a las variantes previas. Especialmente con la ómicron original, linaje del que descienden.
En primer lugar, sus síntomas duran más, siete días frente a los cuatro que dura la BA.1. Además, «los síntomas intensos también parecen estar desapareciendo antes» con estas subvariantes. Según señalaba recientemente el virólogo Estanislao Nistal en declaraciones a Telemadrid.
Los signos más importantes siguen siendo los mismos que con ómicron -la astenia o fatiga, tos, fiebre, dolor de cabeza o secreción nasal-. Si bien a estos hay que añadir otros cuya probabilidad es mayor que con la variante ómicron original; pérdida de olfato (anosmia), pérdida del gusto (ageusia), vómitos o diarreas. Según ha señalado recientemente el Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica. También es más frecuente que provoque dolor de garganta, dolor muscular, dificultad para respirar (disnea) y vértigos.
Aunque estos síntomas puedan desaparecer antes en las personas contagiadas, «la desaparición de los antígenos tarda más». Matizaba Nistal, de ahí que pueda darse el caso de seguir dando positivo en los test durante un periodo de tiempo mayor.
Cuarta dosis de la vacuna
El aumento de casos ha llevado a algunas comunidades, como Cataluña, a incrementar la presión sobre el Ministerio de Sanidad para que reconsidere la opción de adelantar al verano la cuarta dosis de refuerzo de la vacuna contra la Covid en personas mayores de 80 años y otros colectivos vulnerables.
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En este sentido, el departamento que dirige Carolina Darias no ha concretado si adelantará o no la vacunación. Y se ha limitado a indicar que va «a seguir de la mano del asesoramiento de los expertos» de la Ponencia de Vacunas. Que se reúne periódicamente para hacer sus propuestas. «Hay que vacunar a las personas mayores de 80 años y a las que están en residencias. Ahora falta determinar cuándo», añadió Darias el pasado viernes.
¿Siguen siendo efectivas las vacunas actuales?
Junto a los plazos para suministrar la cuarta dosis a la población en general. Las autoridades sanitarias tienen también sobre la mesa qué vacuna emplear ahora para reforzar de forma más efectiva la inmunidad. Habiendo quedado patente que estas nuevas subvariantes escapan con mayor facilidad a la inmunidad por anticuerpos generada por las anteriores dosis.
Los expertos llevan semanas advirtiendo de que si esta cuarta dosis «es la misma» que se administraba hasta ahora «no tiene sentido» inocular con ella para protegerse contra estas nuevas variantes. Ya que se trata de vacunas monovalentes diseñadas para la cepa original (Wuhan), y desde entonces el virus ha cambiado.
Por eso, la mirada está puesta en las vacunas bivariantes o binarias -que protegen de dos variantes-. En las que ya están trabajando farmacéuticas como Moderna o Pfizer y que arrojan resultados muy positivos.
Respecto a cuándo llegarán a España estas vacunas adaptadas a las nuevas variantes. Darias ha vuelto a poner la pelota en el tejado de la Ponencia de Vacunas, que será quien tome esta decisión. Y ha valorado que estas dosis orientadas a combatir las nuevas variantes predominantes van a ayudar a tener «una mejor disposición para hacer frente al virus».
Con información de 20 minutos
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