¿Qué pasa en Cuba? El régimen militariza las calles y reprime protestas

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El régimen de Cuba militarizó las calles y reprimió protestas. El país vive desde hace décadas una crisis social, económica y política; situación que durante los últimos meses se ha acentuado a raíz del coronavirus y el desabastecimiento de alimentos y productos básicos.

Una parte de los ciudadanos exigen al Gobierno de Miguel Díaz-Canel -sucesor de Raúl Castro- un cambio pacífico y democrático; a la vez que señalan al régimen como responsable de la falta de medicamentos; vacunas y recursos sanitarios para paliar la pandemia de la covid-19.

Desde el mes de julio, la oposición cubana ha convocado varias protestas para exigir medidas que logren cambiar el rumbo de un país sumido en una crisis de abastecimiento; sanitaria y política. La renuncia de Raúl Castro como presidente en 2018 supuso la primer atisbo de luz para aquellos que desean instaurar una democracia en Cuba; aunque el mandato de Díaz-Canel es una prolongación de las políticas castristas. 

La lucha de la oposición sigue su curso para alcanzar la libertad política, social y económica de la isla; reflejada en las movilizaciones convocadas por disidentes políticos, personalidades pertenecientes a la cultura cubana y periodistas. No obstante; la militarización en las calles y la represión policial dan lugar a una escala de tensión protagonizada por episodios violentos, detenciones y heridos.

Protestas del 11 de julio

La convocatoria de la ‘Marcha Cívica por el Cambio’ del 15 de noviembre son el resultado de una oleada de protestas que se vienen dando desde el pasado 11 de julio; cuando parte del pueblo cubano salió a las calles paran exigir la dimisión de Díaz-Canel debido a la falta de respuesta ante la crisis del coronavirus. Además de este motivo; miles de personas salieron a manifestarse por la falta de abastecimiento y los elevados precios en los alimentos.

Aquel día, el presidente Díaz-Canel proclamó «la orden de combate: a la calle los revolucionarios» con el objetivo de frenar así las protestas con aires de cambio. Este llamamiento sirvió para dar luz verde tanto a los militares como a los partidarios del régimen para llevar a cabo la represión estatal y paraestatal. Esas jornadas del mes de julio escenificaron con un apagón de más de 48 horas que dejó a toda la isla incomunicada.

Aunque esta protesta fue una de las más multitudinarias y con mayor impacto de la isla durante los últimos años; al menos 805 personas fueron detenidas durante y después de las protestas. No todos han sido liberados todavía. Según el centro de asesoría legal Cubalex, en agosto, un mes después de las protestas; solo se habían liberado a 249 personas, 516 permanecían en prisión y 40 en paradero desconocido. La liberación de los «presos políticos» ha sido uno de los motivos que ha llevado a los opositores a convocar la manifestación del 15N. 

<p> El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, pronuncia su discurso en la Asamble de la ONU.</p>
Foto cortesía – presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel

Bloqueo del Gobierno a las manifestaciones del 15N

La manifestación convocada por varios opositores tenía una organización ordenada y con una intención pacífica para mostrar la cara opuesta de lo que representa el Gobierno. No obstante, desde el domingo; el régimen dio la orden de militarizar las calles del país para -como aseguran algunos disidentes-  «intimidar» a la población y evitar que los cubanos marchasen para reivindicar la libertad de los presos políticos y protestar contra la violencia policial; dos de las principales premisas de esta convocatoria. 

Ante esta prevención tomada por la Administración de Díaz-Canel; Cuba amanecía este lunes inmersa en un clima tensión por el bloqueo que los militares impusieron para la celebración de la ‘Marcha Cívica por el Cambio’. Numerosas personas informaron de esta situación de «terror» en provincias como La Habana, Villa Clara, Las Tunas, Matanzas, Camagüey y Santiago de Cuba. Esta actuación ha sido considerada como un «éxito» para Díaz-Canel.

El hecho que caracteriza a este acontecimiento es la negativa previa del Gobierno a autorizar las concentraciones «sin una justificación»; es decir, un rechazo a la libertad de expresión, como señalan algunos activistas cubanos. A este hecho se suma la presión policial y militar en las calles para sabotear las movilizaciones que estaban previstas para este lunes.

Yunior García, el joven intelectual que lidera el cambio

El movimiento que busca un cambio democrático en Cuba está liderado por el joven dramaturgo e intelectual; Yunior García Aguilera, uno de los líderes de la plataforma ciudadana, Archipiélago; que surgió tres semanas después de las protestas del 11 de julio en un grupo de Facebook bajo dicho nombre. 

La intención del grupo Archipiélago es impulsar el debate y el diálogo entre cubanos para encontrar consensos de forma cívica y pacífica para salir de la crisis. A pesar del impacto que está teniendo en el territorio nacional, Archipiélago no es un partido político; si no una plataforma ciudadana que cuenta con 30.000 miembros y cerca de una veintena de coordinadores. 

A través de la ‘democrática digital’ toman decisiones y organizan sus marchas. Es en las redes sociales dónde discuten las iniciativas que deciden respaldar y cómo implementarán las acciones. García ha sido el artífice de relanzar la iniciativa disidente para incomodar al Gobierno.

El pasado domingo, un grupo de agentes de seguridad del Estado sitiaron la residencia de Yunior García. «Hay carros en todas las esquinas y grupos debajo de mi edificio», aseguró García en su cuenta de Facebook, quien vinculó esta supuesta presión con la marcha silenciosa y en solitario -tan solo acompañado de una rosa blanca como símbolo de libertad- que iba a protagonizar el pasado domingo por las calles de La Habana.

Además de Yunior García, otros disidentes fueron arrestados este lunes. Algunos de ellos compartieron vídeos y fotografías de policías y partidarios del Gobierno rodeando sus casas y otros se grabaron saliendo a la calle vestidos de blanco como acto de protesta. El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) también ha denunciado «al menos un centenar de acciones represivas» en las últimas horas; y ha acusado al Gobierno de Miguel Díaz-Canel de buscar mediante la presión que la ciudadanía no se movilice este lunes. 

La organización opositora tiene registradas 29 citaciones policiales, 19 detenciones, 31 casos de vigilancia y once amenazas. Entre los detenidos se encuentran Daniela Roja, perteneciente a Archipiélago, y el activista; premio Sájarov de la Eurocámara a la libertad de conciencia, Guillermo Fariñas.

Papel de Estados Unidos

Las relaciones entre Estados Unidos y Cuba se caracterizan desde los años 50, con la Guerra Fría, por su hostilidad. Desde la Casa Blanca insisten en el bloqueo a la isla tras más de seis décadas del Partido Comunista en el poder. Desde La Habana, denuncian las acciones de cualquier país extranjero que no sea afín al régimen.

Para Díaz-Canel, Estados Unidos está detrás de la organización de estas protestas, y justifica sus acciones para impedir las movilizaciones por este mismo motivo. A su vez, el Gobierno Cubano señala a la Admistración Biden de ser los «principales culpables» del bloqueo económico en el país; y por tanto, la razón por la que faltan alimentos y otros productos de necesidad básica que reclaman los cubanos. El presidente norteamericano advirtió hace unos días que podrían adoptar nuevas sanciones a Cuba en caso de reprimir a quienes se manifestaran el 15 de noviembre.

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En este conflicto también se ha pronunciado Rusia, que ha denunciado la injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos de Cuba. En un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores, ha señalado que «altos funcionarios de Estados Unidos y sus representantes en La Habana han estado alentando; a través de sus declaraciones, a revertir el orden constitucional en la isla«. Además, Moscú ha recalcado que «en el marco de la estrecha y amistosa relación» que mantiene con Cuba, le seguirá prestando «toda clase de ayuda».

Retirada de credenciales a periodistas

Las autoridades cubanas restituyeron este domingo las acreditaciones de prensa solo a dos de periodistas de Efe en La Habana a los que se les retiraron el sábado; algo que el medio de comunicación calificó de «insuficiente», en palabras de Gabriela Cañas, presidenta de la Agencia.

El Centro de Prensa Internacional (CPI) de Cuba comunicó la nueva decisión a una redactora y un camarógrafo de la delegación de Efe en Cuba apenas unas horas después de que se les retirase la acreditación de prensa sin previo aviso a todos los trabajadores de esta delegación; (tres redactores, un fotógrafo y un cámara de televisión, además de a un fotógrafo colaborador).

Con información de 20 minutos  

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