Simón: «Los de Salud Pública no hemos tenido valles entre olas»

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Con la calma que le carateriza, Fernando Simón habla con franqueza de su decisión de quedarse al frente de la portavocía y de las lecciones aprendidas con la Covid-19. Cara visible de la pandemia y director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del ministerio de Sanidad, Simón ha sido una de las caras más habituales cada día durante los momentos más álgidos del coronavirus. Aunque sí es cierto que ya se había situado al frente de otros virus como el ébola, el que comenzó en España hace ya más de una año le ha colocado en el candelero y que le ha permitido colarse en cada hogar a diario, en especial durante los peores días de la pandemia. El jurado de los Premios Madrid le ha concedido el Premio Madrid Hombre del Año, un galardón que agradece y que dedica a todos los profesionales de la Salud Pública.

Pregunta: Ha pasado de ser un hombre y un profesional totalmente anónimo a tener incluso dibujos de su cara en fachadas de edificios de Madrid, o aparecer en camisetas. ¿Cómo lleva personalmente ser alguien tan conocido?

Respuesta: Yo creo que no hay que pensar si se lleva bien o mal, si hay que hacerlo se hace y ya está. De todas formas, no era tan anónimo: ya tuve un periodo con mucho foco sobre mi persona porque transmitía información de los grupos técnicos que trabajaban con el Ébola. Y, en otras ocasiones, cuando ha habido posibles emergencias sanitarias a nivel nacional, también he tenido que comparecer. La diferencia es que esto ha sido mucho más intenso y durante muchísimo más tiempo.

P: Sus intervenciones diarias desde el Ministerio de Sanidad durante toda la crisis sanitaria le han hecho formar parte de todos los hogares españoles en la época más dura que se recuerda en nuestro país. ¿Cómo ha asumido esa responsabilidad? ¿Se ha visto abrumado por ello?

R: Yo únicamente soy el que informa del trabajo de muchísimos cientos de profesionales de la salud pública en España que están haciendo realmente un trabajo ímprobo por conocer lo que está pasando con esta epidemia para aplicar las medidas de control más adecuadas en cada momento. No es el hecho de tener que asumir la responsabilidad de comunicarlo lo que puede ser abrumador, abrumador es que en vez de entender que yo soy simplemente la cara de una enorme cantidad de profesionales de muy alto nivel se llegue a pensar que todo esto es una acción personal mía. Somos muchos detrás y yo simplemente soy la cara visible.

P: Su labor durante estos meses de lucha contra el Covid-19 le ha valido obtener el XVIII Premio Madrid al Hombre del Año y si a alguien recordarán los españoles cuando pase la pandemia y piensen en estos meses, será a usted. ¿Cómo vive saber que será conocido durante generaciones?

R: Sería complicado vivir con esto si fuera a vivir todas las generaciones. Pero ni soy tan niño ni, aunque creo que voy a tener una vida muy longeva, no voy a vivir tanto como para ver lo que pasa en generaciones futuras (ríe).

Yo creo que hay que tener la cabeza fría, como he dicho no soy yo quien ha hecho todo esto, esto lo hemos hecho entre muchísimos profesionales de la salud pública a los que hay que reconocerles todo, y no son solo médicos. Y eso ha hecho que les tenga aún más respeto, porque no fue un trabajo de dos o tres meses de una gran intensidad y luego progresivamente fue mejorando, sino que ha sido un trabajo de un año y medio de una intensidad enorme, constante y sin parar. Los de Salud Pública no hemos tenido valles entre olas, hemos tenido que seguir haciendo exactamente el mismo trabajo durante todo el año y medio.

P: También ha sido criticado en varias ocasiones durante estos meses, sobre todo por aquella frase en la que dijo que los casos positivos iban a ser “tres o cuatro” en España. ¿Siente que falló en un primer momento?

R: Hubiera fallado si hubiera tomado decisiones que no tenían ninguna justificación con la información existente. Esa frase de “tres o cuatro”, si se pone en los momentos adecuados puede llamar la atención pero lo cierto es que se dijo el 31 de enero cuando en España se identificó el primer caso, que era un alemán que procedía de su país. La información que había en ese momento sobre el coronavirus era la que había, y se dijo en un contexto en el que si no se producía transmisión sostenida fuera de China y se mantenían las cosas como estaban, esa era la posible previsión.

Lo cierto es que todo cambió cuando hubo una entrada masiva, una detección masiva de casos en Italia y empezó a producirse un problema grave para toda Europa, que hasta ese momento no lo había sido. Sucedió un mes más tarde. Es verdad que yo podía haber sido más prudente y haber dicho que no sabía lo que iba a pasar, pero también es cierto que los técnicos que salimos en la televisión no es para ocultarnos sino para, con la información disponible, dar la previsión más probable.

Ante una enfermedad nueva con unas circunstancias nuevas, la mayor pandemia que hemos vivido desde hace cien años (por mucho conocimiento y mucha información que hubiera de la pandemia de 1918) es normal que no todo se haga bien. Pero lo cierto es que, aunque hubo cosas que hemos tenido que mejorar y ha habido muchas lecciones que hemos aprendido, también ha habido muchas otras que los profesionales del SNS han hecho muy bien. Yo creo que se tiene que reconocer ambas: las que se han hecho mal para mejorarlas y las que se han hecho bien para aprovecharlas otros.

Con Información de MadridDiario.