Suben un 48% los pandilleros detenidos que son menores de edad.
La Policía Nacional y la Guardia Civil han detenido en lo que va de año a 131 menores integrantes de bandas latinas por cometer actos violentos en la Comunidad de Madrid.
Una cifra superior a los 88 arrestados en 2019 o los 96 de 2018.
La fría estadística demuestra que estos grupos organizados se nutren de adolescentes de menor edad.
Con todo, la Delegación de Gobierno aclara que no hay una escalada de hechos violentos protagonizados por las bandas latinas; ya que en este 2021 se han tramitado 111 atestados frente a los 180 del mismo periodo de 2019.
Se omiten los datos de 2020 debido a la pandemia y al confinamiento.
A juicio de la Policía Nacional, no hay datos objetivos que indiquen un repunte de la actividad de estas bandas, «sino todo lo contrario»; al tiempo que reseñan que la eficacia de resolución de hechos relacionados con estos grupos alcanza el 98% «y se podrá llegar casi al 100% cuando concluyan las investigaciones que están en marcha».
Entre 2018 y 2021 no solo se ha registrado una tendencia a la baja de atestados tramitados, también han bajado el número global de detenidos.
En concreto, los arrestados totales han descendido un 16,78% respecto a 2019, siempre referidos al periodo entre enero y octubre.
Hubo 417 en 2019 y este año se contabilizan 347; sin embargo, con los detenidos menores de edad se producen un incremento del 48,36%; por lo que la Policía concluye que los miembros de las bandas son cada vez más jóvenes.
Las identificaciones, también ceñidas a los meses de enero a octubre de cada año; pasan de 911 en 2018 a 1.296 en 2019 a 1.135 este año; lo que supone un 12,42% más en los últimos tres años.
Estos datos contrastan con los del informe elaborado por el centro evangelista, que señaló la semana pasada que tiene 2.500 pandilleros contabilizados: 1.700 son menores de edad; 500 de ellos niños de entre 11 y 13 años y 1.200 entre 14 y 18 años. La Policía cree que se suman detenciones en el estudio desde hace años que; en bastantes casos son las mismas personas, de ahí que esté abultada la cifra.
También la Fiscalía de Madrid avala los datos de la Delegación de Gobierno y en su última memoria de 2020; señala que se «observa un cierto descenso en la gravedad de los delitos cometidos por bandas latinas; puesto que en 2020 no se produjo ningún homicidio consumado, al igual que en 2015 y a diferencia de 2018 y 2019 en que se produjo un homicidio consumado; en 2017 otros dos homicidios consumados y en 2016 se registraron tres crímenes».
Según la Fiscalía, en 2020 constan 10 detenciones por homicidio en grado de tentativa, mientras que en 2019 tan solo hubo tres homicidios en grado de tentativa; frente a los 9 homicidios intentados en 2018, los 5 de 2017 y los 8 de 2016.
Sin embargo, la Fiscalía de Madrid subraya que en materia de bandas latinas existe una importante «cifra negra» de delitos que no se denuncian; debido a las características de actuación secreta y violenta de estas bandas y también al miedo y temor de las víctimas a sufrir represalias si formulan las acusaciones.
En los últimos meses, la Policía Nacional ha incrementado el número de agentes destinados a la lucha contra las bandas latinas en la Brigada de Información; y dispone de un grupo de guardia de 24 horas que actúa de forma inmediata ante cualquier incidente.
Según la Policía, el número de miembros activos de estas bandas se mantiene estable en los últimos cuatro años y oscila entorno a los 400 pandilleros.
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La principal fuente para financiar sus fechorías y la compra de armas son las cuotas de pertenencia a la banda (entre 10 y 15 euros semanales) y el trapicheo de drogas.
Los agentes han descubierto que se dedican al menudeo de hachís y de tusi, la conocida como cocaína rosa.
Para la venta de las sustancias estupefacientes suelen emplear patinetes eléctricos manipulados para alcanzar mayor velocidad que la estipulada por los fabricantes.
Otro de los delitos en pujanza de estas bandas es la okupación.
Suelen usurpar pisos a entidades bancarias para el menudeo durante un periodo corto y luego revenden esos inmuebles como ha ocurrido en varios municipios al norte de la capital.
Los pandilleros con más miembros son los Trinitarios y los DDP. Ambos grupos son los más activos y agresivos y se disputan a machetazos la hegemonía de los territorios de barrios periféricos.
En el tercer escalafón se sitúan los Ñetas y por debajo están los Forty Two, los Latin King o los Blood.
Hay otros grupos aislados, pero con una mínima actividad como los Bankitos o los Traviesos.
La propia Fiscalía de Madrid tramitó en 2020 un total de 18 causas por delito de organización criminal contra bandas latinas en Madrid; la mayoría contra los DDP y los Ñetas.
Según fuentes policiales, «de latinas queda muy poco en estas bandas».
«Se trata de grupos mixtos formados por españoles, rumanos, magrebíes y por españoles de padres sudamericanos», aseguran.
«Por eso es mejor bautizarlas como bandas juveniles».
También ha cambiado la forma de captar a los jóvenes. Sus cabecillas ahora utilizan las redes sociales para montar vídeos con el fin de seducir a los chavales.
Tupasky, de 24 años, el último cabecilla de la banda de los trinitarios detenido en Torrejón; había grabado con cámara profesional varios vídeos en YouTube.
En las imágenes que subió la red se le podía ver con camisetas y pañuelos de color verde mientras presumía de sus hazañas rodeado de sus acólitos y de dinero en metálico en su particular cruzada contra las bandas rivales de los DDP o los Forty Two.
«Sangre por sangre, machete y vinagre»; son algunas de las rimas más repetidas en los vídeos en las que admite que la «mala vida le pierde»; mientras escupe mensajes vejatorios contra las mujeres.
Con información de El Mundo
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