Los técnicos de la comunidad de Madrid, están finalizando la demolición de la planta sexta del edificio de la calle Toledo que sufrió una explosión por un escape de gas, y llegarán esta semana hasta la planta quinta, a partir de la cual ya no hay riesgo estructural.
Así lo ha indicado el concejal delegado de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Madrid, Mariano Fuentes, que ha visitado las obras.
Además de las demoliciones realizadas, los operarios municipales han recogido muchos kilos de escombros, algo importante porque «no se quiere generar sobrepeso al edificio».
Las obras de adecuación del edifico del número 102 ya están terminadas, por lo que a lo largo de este miércoles los vecinos todavía desalojados ya contarán con autorización para volver a sus casas, «teniendo en cuenta que el Ayuntamiento garantiza que el edificio desde el punto de vista estructural se encuentra conforme y se han realizado trabajos de mejora y tapado de huecos, y en las cubiertas«, ha apuntado Fuentes.
Hay todavía 16 personas de ocho viviendas alojadas en un hotel y algunos otros están con familiares. «Hoy mismo podrán ocuparse todas las viviendas. Algunas tienen pequeños daños interiores, pero se puede garantizar su habitabilidad y seguridad, que es lo que le preocupa al Ayuntamiento. No podrán tener todo perfecto, pero dormirán en sus casas», ha dicho el concejal.
Además, las obras de derribo finalizarán hoy a las 18 horas para que los empleados de la compañía de gas puede realizar dos acometidas para facilitar este servicio a los vecinos de los números 102 y del 94, que todavía no tenían gas.
Según ha explicado el delegado tras hablar con los técnicos, el derribo de calle Toledo 98 parará en el forjado de la planta quinta porque ya no habría riesgo estructural de caída del edificio. En ese momento, los dueños del inmueble, el Arzobispado de Madrid, decidirán «lo mejor» para el edificio. El viernes se reunirá con la propiedad y, tomen la decisión que tomen, dejarán el edificio en el quinto piso, que se va a mantener en pide porque «no está afectado y no corre riesgo de derrumbe«.
Los técnicos municipales retirarán las grúas y dejarían perimetrado el edificio para que no caigan pequeños elementos hacia la calle y hacia el colegio y lo taparían para evitar problemas de estanqueidad, retirarán las grúas y pondrán andamios.
Mariano Fuentes también ha indicado que los operarios locales se han coordinado en todo momento con la Policía Científica, paralizando los trabajos de demolición cuando han encontrado algún indicio u objeto de investigación, como cuando han hallado algunas calderas. «Hemos andado con mucho cuidado y a la orden de Policía Científica», ha concluido.
El edil también ha apuntado que todavía queda por retirar todos los escombros del patio del colegio. A partir del día 8 de febrero y con la decisión que tome la propiedad, el colegio podrá ya abrir.