El presidente de Telefónica, Marc Murtra, sienta las bases de la nueva hoja de ruta que seguirá la compañía bajo su mandato. Tres meses después de tomar el relevo de José María Álvarez-Pallete al frente de la teleco, el expresidente de Indra ha recibido el plácet de los inversores en su primera Junta General de Accionistas para ratificar tanto su nombramiento como todos los propuestos para el consejo de administración de la compañía.
El nuevo presidente de Telefónica ha aprovechado su intervención en la antesala de la junta para escenificar el giro de su estrategia de crecimiento para consolidarse como uno de los principales grupos de telecomunicaciones en Europa. «Nuestra prioridad será Europa, Europa y Europa», ha esgrimido ante su accionariado, antes de poner en relieve que la compañía está estudiando consolidaciones en España que sean «económicamente rentables» como paso previo al abordaje de operaciones de mayor tamaño a escala europea en aras de crecer de forma inorgánica y competir con las grandes tecnológicas estadounidenses y chinas.
Con el telón de fondo del nuevo orden mundial que ha acelerado la ofensiva arancelaria lanzada desde la Casa Blanca, Murtra ha aludido a la «nueva era» en las relaciones con Estados Unidos para alegar que «ha llegado el momento de que las grandes compañías de telecomunicaciones europeas puedan consolidarse y crecer para tener una escala que permita invertir, innovar y atraer talento de forma determinante».
Sin desatender la expansión de su negocio en otros mercados como el brasileño, del que espera «mantener la posición de liderazgo como mercado ‘core'», Murtra ha defendido que los grandes esfuerzos se concentrarán en el mercado europeo. «La consolidación europea del sector debe empezar dentro de los países. Si no es así, no tendrá racionalidad económica», ha subrayado. Sobre ello, ha ahondado en que Telefónica evalúa consolidaciones «intramercado económicamente rentables», es decir, que la empresa está estudiando posibles adquisiciones en España.
Las líneas desgranadas por el empresario confirman el viraje de su negocio hacia el Viejo Continente que se había dejado entrever tras reducidr su exposición a América Latina con la venta de su filial en Argentina por alrededor de 1.200 millones de euros, de su subsidiaria en Colombia por unos 368 millones de euros y la solicitud de un concurso de acreedores de su negocio en Perú.
Al margen de su expansión, el directivo ha apelado a una «disciplina financiera de hierro» para dar continuidad al negocio durante su mandato en el que espera «simplificar la compañía» y operar bajo la «excelencia tecnológica». Todo ello quedará plasmado en el plan estratégico que la compañía está revisando y dará a conocer antes de que finalice el año.
Con información de La Información
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