Todo listo para la nueva misión a la Luna. Mañana, lunes 29 de agosto, podremos presenciar en directo la retransmisión del primer intento de lanzamiento del cohete Space Launch System (SLS) de la NASA.
En su interior, se encuentra Orion, la nave espacial que orbitará durante más de un mes la Luna en busca de datos que enviará a la Tierra para su investigación.
Artemis I consiste en un primer paso del proyecto de la agencia espacial estadounidense que busca devolver al ser humano a la Luna. Sin embargo, esta primera misión no estará tripulada (eso se lo dejan a Artemis III).
Aunque han hablado mucho del megacohete SLS, de Orion todavía no se conoce tanto. Si empezamos por su nombre, cabe señalar que la bautizaron así haciendo referencia a una de las constelaciones más grandes que se pueden observar desde la Tierra.
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La creación de Orion
La nave espacial que se usará en Artemis comenzó a construirse en el Centro de Ensamblaje Michoud (Nueva Orleans) en el año 2015. Allí, los ingenieros de la compañía Lockheed Martin dieron forma a la estructura interna de Orion.
En 2016, la nave se trasladó al edificio Neil Armstrong, que debe su nombre al primer astronauta que pisó la Luna en 1969. Este lugar se sitúa en el famoso Centro Espacial Kennedy de la NASA, en Florida, donde permaneció 5 años y terminaron formando la versión definitiva.
Orión contará con un módulo de la tripulación, con un escudo térmico que protegerá a los astronautas en su regreso a la Tierra cuando estos participen en Artemis III. Cuando este módulo se incluya, el equipo deberá incluir un sistema de propulsión y los subsistemas de soporte vital.
Además, la nave también contará con un módulo de servicio diseñado por la Agencia Espacial Europea. Este servirá para impulsar a Orion en su viaje alrededor del satélite natural de nuestro planeta.
Tras la integración de dichos módulos a Orion, su combinación se denominará ‘módulo de servicio de tripulación’. Cuando esto suceda, al equipo solo le quedará acoplar el sistema de escape para que, en caso de emergencia. El módulo de la tripulación se separe del resto de la nave.
La construcción de la nave coincidió con la pandemia de la covid-19, algo que destaca Mike Bolger, responsable del Programa de Exploración de Sistemas Terrestres. «Tuvimos que lidiar con la COVID y les pedimos a estas personas que viniesen a trabajar todos los días y terminasen esta nave para poder continuar con la misión. Y estamos listos y emocionados».
Con información de 20 minutos
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