Tristeza, luto y alabanzas en Buckingham, Londres ha amanecido más gris que nunca. No han sido las nubes que cubren el cielo ni las tormentas que azotan la capital inglesa las que han provocado una atmósfera apagada en la ciudad.
Londres ha amanecido más gris que nunca por la pérdida de su reina, por el fallecimiento ayer jueves de Isabel II. Al menos así era el sentir en los alrededores del Buckingham Palace durante la mañana de este viernes. Donde han acudido miles de británicos y turistas a despedir a su reina.
El anuncio del fallecimiento de la monarca no pilló desprevenido a nadie. Desde primera hora de la mañana del jueves se rumoreaba que Isabel II se encontraba en un estado de salud muy delicado. Por lo que poco a poco fueron aglomerándose personas alrededor del Buckingham Palace.
Fue por la tarde cuando la trágica noticia se hacía oficial. Atrayendo aún a más personas que quisieron compartir su tristeza junto a sus compatriotas frente al palacio hasta bien entrada la noche.
Como era de esperar, en los alrededores del Buckingham Palace. Ya podía verse este viernes por la mañana a multitud de personas con ramos de flores, mensajes e incluso dibujos, acercándose a depositarlos a las puertas del famoso edificio.
Ante la acumulación de gente se ha tenido que poner en marcha un dispositivo de seguridad. Estableciéndose una cola supervisada al lado derecho del palacio para que la gente se acercara a la puerta a dejar sus flores de manera ordenada. A mediodía la cola rodeaba la mitad del palacio.
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Isabel II fue «como una madre» para los ingleses
«He venido esta mañana porque creo que es lo que tenía que hacer». Explica a 20minutos la londinense Maria Gorham, de 38 años, que ha acudido al palacio a dejar unas flores. «En mi familia hemos sido siempre grandes admiradores de la reina, considerándola una madre. Ella siempre ha sido honorable y cercana con la gente por lo que es triste pensar que este día ha llegado».
Gorham cuenta que la noticia no la pilló por sorpresa, pero sí considera que ha ocurrido antes de lo que ella esperaba. «Mi abuela, que no presumía de la envidiable salud de la reina, vivió 101 años, por lo que esperaba al menos ver cumplir los 100 años a Isabel», lamenta.
Entre los londinenses que se han acercado al palacio este viernes también estaba Nicolás Lange, de 27 años, junto a su mujer y su hijo. «Hemos venido a despedir a la reina, una persona que nos ha enseñado muchas cosas, como que si quieres hacer algo, lo puedes hacer siendo feliz».
«Cuando escuchamos los rumores en televisión no nos lo queríamos creer», admite. «Ahora que Isabel II no está, es el turno del rey Carlos y, sinceramente, creo que él va a tener que entender que la ciudadanía no va a tratarle igual que a ella. No es fácil reinar después de una de las monarcas más importantes de la historia y una de las más queridas».
En este aspecto, Helen Curl, londinense de 52 años que también se ha acercado al palacio a dejar unas flores. Comparte que la gente no va a querer a Carlos como a la reina. «No creo que nadie pueda reemplazarla, siempre ha sido como parte de nuestra familia, por eso he venido a traerla flores, es lo mínimo que podía hacer», comenta.
«Conocer la noticia fue muy emotivo y triste. Ella siempre ha sido un ejemplo a seguir, siempre respetada y lejos de cualquier tipo de controversia», añade.
A Buckingham Palace no solo se han acercado los londineneses, multitud de turistas estaban presentes, así como británicos de otras partes del país. Dawn y Julie, de Bristol, estaban pasando unos días en la capital inglesa para celebrar el cumpleaños de una de ellas. «Cuando nos enteramos de la noticia decidimos acercarnos, porque es lo que hay que hacer. No puedes estar en Londres hoy y no venir aquí», explican.
«La reina ha sido una mujer remarcable, honorable y muy respetada, siempre orgullosa de ser británica y de su país. De alguna manera, ha conseguido unirnos a todos», detallan. «Ahora no va a ser lo mismo con Carlos, no creemos que la gente le vaya a querer como a ella, de hecho, hay mejores vibraciones con Guillermo».
Además de ciudadanos de a pie, llegado el mediodía, podían verse a diferentes exsoldados británicos acercándose a despedirse y rendir homenaje a la que fue su reina. «He venido a presentar mis respetos a la maravillosa reina que hemos tenido y a compartir la tristeza con la gente que también la quería». Nos cuenta Alan Rutter, exsoldado de 74 años.
«La conocí personalmente cuando estaba de servicio y puedo decir que era una mujer encantadora. Siempre con una buena sonrisa en el rostro para todo el mundo, además de sirviente de su nación, al final, nos ha dejado siendo reina, ¿no?», relata el exsoldado. «Como cristiano que soy y conociendo la relación de la reina con la religión, estoy tranquilo de saber que ahora ella está con Dios».
Rutter también considera que el rey Carlos va a tener un camino difícil a partir de ahora. «Va a ser todo muy diferente. Se va a tener que ganar el respeto del país, pero estoy convencido de que la gente le va a dar la oportunidad para ello».
Con información de 20 minutos
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